Poso de diferente manera, muevo mi cuerpo, mi cara, cambio de expresión en cada flash que sale de la cámara, deslumbro con la mirada, mi cabello brilla y se mueve gracias al viento. No sonrío solo miro fijamente a la cámara con mis grandes ojos ambar hechizadores.
—Eso es Katherine deslúmbrame, cómeme con la mirada, que diosa, reina—escucho a Alejandro uno de los fotógrafos más prestigiados y trabaja para mi madre.
Mi quería madre ha organizado una sesión de fotos para dar a conocer su nueva colección y yo siendo la portada principal de la revista. Ella solo observa fijamente cada uno de mis movimientos cruzada de brazos mientras escucha lo que le dice Tamara a su lado.
—Retoque—habla.
Se acerca a mi Erik con una gran sonrisa, me retoca el maquillaje suavemente.
—Eres espléndida amor—me guiña un ojo y se aleja.
Sigo con mi trabajo. Mis ojos se oscurecen mirando seria a la cámara, abro un poco mis carnosos labios dejándolo ver más apetecibles. Cambio de posición, me siento en un cuadro blanco abro mis piernas, inclino mi cuerpo hacia adelante poniendo mis codos en mis piernas, visto un traje negro sin la blusa, mis pechos con cubiertos gracias a la chaqueta.
—Cambio de vestuario—exclama mi madre.
Rápidamente se acercan las asistentes y me llevan a mi vestuario. Erik viene conmigo. Me ayudan a cambiarme, un hermoso vestido más abajo bordado de las rodillas con perlas en las mangas y en los bolsillos, un lazo negro rodea mi cuello en el centro hay una linda y brillosa perla. Me recogen el cabello. Luciendo más el lazo y las perlas.
—Bien niñas muévanse que el tiempo es oro en la industria del modelaje, y más si se trata de mi amada Katherine—Erik golpea sus palmas apurando a las chicas.
Sonrío y dejo que terminen conmigo, me encanta hace secciones de fotos, para algunas modelos puede ser agotador, pero para mí es la manera menos egocéntrica que tengo de hacer ver a las chicas con sueños altos y pobres que jamás serán como yo, o simplemente es inútil en inténtalo.
Tengo un ego muy alto, que es muy difícil en bajármelo, imposible. Por Dios, claro que si no fuera yo Katherine Johnson también me daría mucha envidia.
Miro de reojo a una chica temblorosa al lado de Erik anotando todo lo que él le dice, veste muy simple y espantoso.
—¿Quién es ella? —pregunto entre cerrando los ojos.
—Es una nueva practicante—contesta Erik rodando los ojos—. Es patética—me susurra cubriendo su boca de ella.
Sonrío de lado y la miro de arriba a bajo haciendo que se ponga más nerviosa.
—Si quieres trabajar aquí es mejor que cambies tu vestimenta rápido, me da alergia.
Ella asiente asustada ante mis palabras.
Mi mamá se está pasando de ser buena y contratar a esta clase de gente, si quieren trabajar en una de las marcas más importantes y lujosas, mínimo deben de vestir bien. Requisito.
—Señorita Johnson, le mandaron rosas rojas—entra una de las asistentas.
En serio que Darius quiere que nos descubra. Me va a meter en problemas.
Respiro hondo.
Igual así lo quiero, y es mío.
Me acerco le quito la tarjeta con una cara neutra. Huelo mis rosas rojas y sonrío, al alzarla la mirada y ver que todas me están mirando cambio mi mirada a una seria.
—Entrégaselo a Jacob, él sabe qué hacer con ellas—respondo. Ella asiente y se retira, miro el papel en mis manos—. Déjenme un momento a solas—todas se retiran incluyendo a Erik.
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Diamante [+18]
RomanceMe enamoré de un hombre mayor. Me enamoré del enemigo de mi padre. ¿Qué tan malo puede ser? Cuando el poder y la pasión se fusiona todo puede pasar.