Darius Vasileiadis.
Al salir de la habitación dejando a mi mujer desnuda totalmente dormida tan tranquila y esplendida, salgo de la mansión no antes de decirle a Olvida que no despierte a Katherine y que cuando ella lo haga que le informe de mi salida y que capte de sus órdenes.
Respiro hondo chasqueando mi lengua, mentalizándome que tengo que ir a ver a mi gran dolor de culo. Camino alejándome de la mansión hasta llegar a una casa desgastada escondida entre el bosque rodeada de mis hombres, me saludan haciendo una reverencia que ignoro. Justo en ese momento sale de la casa mi dolor de culo serio, enojado, pero al verme sonríe como idiota y se acerca.
—Hermano—sonrío abrazándome. Hago una mueca de disgusto—Rata enojada, no pongas esa cara que te ves más viejo.
—Deja tus chistes Esteban—palmeo su hombro mirándolo serio.
—Aunque te ves bien, claro si estás tomando colágeno—se burla el desgraciado.
—Si no fueras mi hermano estarías muerto—aprieto la mandíbula.
—También te quiero.
Chasqueo mi lengua y cambio mi expresión a una más seria mirando hacia la puerta de la casa.
—¿Ya habló? —pregunto con voz gruesa.
Él también cambia su expresión mirando fijamente a la puerta con ganas de acabar con lo que sea que este adentro, al igual que yo, miramos esa puerta queriendo asesinar lo que está adentro, matarlo destruyendo cada arteria, musculo, hueso, dejarlo sin ningún aliento provocando su muerte muy dolorosa, eso es lo que queremos.
Niega con un gruñido.
—No, sigue ocultándolo, no funcionada nada Darius, ni siquiera cuando vio con sus propios ojos cuando matamos a su familia, ni siquiera por los gritos de suplica de sus hijos, acabamos con toda su familia enfrente de él, descuartizándolos, y aun así se niega en hablar.
Enrollo las mangas de mi camisa, trueno mi cuello provocando un sonido que para muchos puede ser doloroso o incomodo, pero para mí es muy placentero, entro a la casa con Esteban detrás, el lugar es un desastre, sangre derramada por donde sea que veas, antigua y nueva, y algunos cadáveres descompuestos y el olor no es agradable, pero así siempre lo he mantenido, esto es lo que merecen estos alacranes de mierda.
Veo como lo tienen parado de cabeza amarrado de una cuerda en sus tobillos, la sangre escurre por todo su cuerpo, sus ojos morados, hinchados llorando sangre por los golpes, tiene una gran abertura en su brazo muy desagradable, lo tiene completamente podrido. Está justo como lo ordene.
—Suéltalo—digo con voz firme.
Hugo mi hombre de confianza suelta la cuerda haciéndolo caer sonando un fuerte golpe en su cabeza partiéndola, pero no tan profundo para matarlo, aún no acabo. Mis ojos se oscurecen enseguida, me acerco amenazante.
—Habla—gruño entre dientes—¡Habla de una puta vez!
Él ríe botando sangre por la boca.
—¿Qué quieres que le diga Rey? —habla con dificultad— ¿Quiere que me incline antes usted?
Golpeo su cara tan fuerte que vomita sangre al voltear la cara. Tose y vuelve a verme sin ninguna expresión.
—No te hagas el maldito payaso Rylan, jugas con tu puta vida cabrón.
—Por Dios Darius, sé que me mataras de cualquier manera, si te lo digo o no, crees que de verdad soy tan estúpido, mataste a toda mi maldita familia delante de mí, acabaste con mi imperio. La mafia canadiense, felicidades Rey—ríe sin gracia.
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Diamante [+18]
RomanceMe enamoré de un hombre mayor. Me enamoré del enemigo de mi padre. ¿Qué tan malo puede ser? Cuando el poder y la pasión se fusiona todo puede pasar.