Infierno de Poder [ Inazuma Eleven ]

19•°Final

Fue tal y como ver una bomba explotar, Bianca perdió completamente el sentido de si misma, nadie más que ella sabía que estaba pasando.

Cuando Jude se acercó a darle un beso en la frente, y darle su abrazo de despedida, Bianca lo empujo, no tenía control cobre ella misma, comenzó a gritar, todo se veía borroso y se multiplicaba, comenzó a oír voces de todos lados, y cuando aquel narcótico consumió todo su cuerpo, comenzó a arañar sus brazos, causandose heridas, atacó a Jude y Cassandra con lo que podia tomar, que menos mal no eran mas que almohadas y cojines, pero uno que otro objeto frágil cayó al suelo, rompiéndose al instante. 

Ambos trataron de hablarle pero fue inútil, la poca cordura que quedaba en aquella inocente joven, se había ido, por culpa de la mujer que se hacía llamar su madrastra. 

En aquella clínica psiquiátrica les dijeron que deberían hacer cuando eso pasará, llamaron a los profesionales de inmediato.

Fue tarea fácil debido a la discapacidad de la joven, tras inyectarle el calmante, fue llevada de inmediato a la clínica.

Cassandra llamo entre lágrimas a William, quien dejó todo y fue corriendo a ver a su hija. 

En menos de una hora, la familia de tres, se encontraba tras el cristal de la habitación de la joven, viéndola en ese mar de sufrimiento mientras se le colocaba una camisa de fuerza.  

Aquel infeliz millonario presenciaba como su hija más pequeña, aquella a la que había visto crecer, su “princesita”, que encadilaba toda la belleza de su madre, mientras lloraba de impotencia, de nada le sirvieron sus millones, su fortuna fue inútil cuando su hija quedó invalida, y ahora era igual, cuando vio lo que el destino le tenía previsto a aquella niña, en su mente aparecieron las imágenes de él cargando a sus mellizos cuando nacieron, sus primeros pasos, las travesuras y bromas que hicieron, los regalos hechos en la guardería para él, los poemas que una niña le dedica a su padre.

Y como está comenzó a decaer cada vez más, hasta que ni siquiera el se terminaba de creer que Bianca, la única hija que pudo tener, fuera la misma que veía tras el cristal. 

Y Jude no se quedó atrás, su hermana siempre fue, la mejor amiga que nació junto a él. Jugaron juntos, crecieron, estudiaron.

Viendo en ese momento a su hermanita correr a su lado sin importarles nada, como está siempre se salía con la suya y la infinidad de veces que él fue castigado solo para que ella estuviera bien. 

Y ahora veía a esa misma chica, en esa situación, sintiendo que le arrebataron un trozo de si mismo.

Y en medio de ellos, yacía de pie la culpable de todo este inesesario sufrimiento, Cassandra también lloraba, pero era solo un disfraz, por dentro, su regodeo no tenía fin, viendo cómo el mayor obstáculo en su camino era eliminado, no pudo matarla, así que le causó algo peor, un inimaginable sufrimiento en vida. 

Lamentablemente su felicidad se vio interrumpida por los quejidos de William.

Aquello había sido más de lo que el corazón del desdichado millonario pudo soportar, literalmente.

El señor Sharp coloco sus manos en su pecho cuando sintió aquel punzante dolor, encorvado y con la expresión lastimera, se desplomó en el suelo.

- ¡Papá! _se oyó el lastimero grito de Jude.

Fatídico día, Bianca era ingresada a la clínica psiquiátrica y William llevado a emergencias.

No obstante, las desgracias para aquella familia no habían terminado, esa misma tarde se daba a Cassandra y Jude la trágica noticia, William tenía muchos problemas de salud, y su corazón no soporto aquello.