12•°Matrimonio

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Horas después, la señorita Sharp finalmente despertaba muy mareada y confundida en aquella cama de hospital.

- Papá... Jude... _susurra al verlos.

Los nombrados soltaron un suspiro de alivio al oír la voz de la joven, el peligro ya había pasado.

No obstante no todo serían risas a partir de ese momento, en el instante en que Bianca noto su incapacidad de mover la parte inferior del cuerpo, como era de esperarse, tuvo una pésima reacción.

Mientras tanto del otro lado de la puerta, la malvada Cassandra disfrutaba de aquello que era música para sus oídos, había preferido no entrar para darles un "conmovedor reencuentro familiar" y bajo la excusas de "necesito un momento para prepararme emocionalmente".
recupera levemente la cordura

No había nada que hacer, los médicos juraban que no había la mínima esperanza para la niña, Cassandra cada minuto aumentaba su ventaja en aquel sucio juego. William literalmente se sentía morir cuando ella no estaba con él, apoyándolo y dándole consuelo, y no solo él, Jude también se acercó a ella debido a lo mismo.

- No pude ver quién era... Solo recuerdo ver a una mujer... Rubia, de ojos azules... _cuenta la niña a los investigadores a cargo del accidente_ tenía medio rostro cubierto por una bufanda _cuenta mientras yacía sentada sobre la cama.

- Temo que no hay suficiente evidencia para condenar a alguien ya que ni siquiera hay sospechosos _dicen los mismos una vez hablan a solas con el señor Sharp y su prometida.

- Revisen otra vez, si Bianca dice que la empujaron, así fue _ordena la pelinegra. 

- Si, señora _asienten los trabajadores antes de irse. 

Sería inútil, y ella lo sabía, ni había evidencias y en caso de llegar a dar con Beatriz, le daría la espalda.

La malvada mujer llamada Cassandra Pereira, tenía a la familia Sharp, donde la quería, salvo a la más importante en su plan, no obstante, era prudente y tomaría medidas para no tener que volver a recurrir a dichos métodos.

- Te traje flores _anuncia entrando al cuarto de Bianca en calidad de visita, con aquella enorme sonrisa en sus labios.

- No quiero verte a tí, vete _habla la castaña muy a la defensiva.

- Esa no es forma de tratar a un invitado, querida _dice sonriendo mientras acomoda las flores en un lindo jarrón_ ¿Como te sientes? Espero que estés comiendo bien.

- Como si te importará _afirma viéndola fijamente.

- Mira, Bianca, que estés tan bien es un milagro, deberías tomar esto como una segunda oportunidad de vivir... _indica la mayor mientras abre las cortinas de aquella habitación_ ¿No queremos empezar con el pié izquierdo otra vez, verdad?

- ¿A esto le llamas estar bien? _increpa notablemente enojada_ Seguramente viniste a burlarte.

- No, nada de eso... _asegura acercándose levemente a la cama_ Vine a traerte flores _dice mientras señala el presente.

- Ya lo hiciste, ahora vete _ordena con odio.

- Ya veo... Entonces así es como quieres que nos llevemos _asegura levantando una ceja.

- Fuera de aquí _insiste lanzándole una almohada.

- Tú lo pediste _habla antes de tomar su bolso y salir sin más.

Pasaron tres, siete, nueve, once días de recuperación de la joven, hasta finalmente fue dada de alta, para volver al calor de su hogar.

- Bianca ya descansa en su habitación, querido, le pedí una comida especial para que recupere fuerzas _asegura mientras masajea los hombros de su prometido.

Infierno de Poder [ Inazuma Eleven ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora