Infierno de Poder [ Inazuma Eleven ]

4•°Amor

- ¿Una novia? _dicen los amigos de los gemelos al unísono al oír la historia.

- Así es, ¿Quien se cree mi padre, un adolescente de 16 años? _reniega la niña dando un golpe sobre la mesa.

- Nunca imaginé que les daría una madrastra, que horror _afirma Susana.

- No menciones es palabra por qué no lo es, nadie va a ocupar el lugar de mi madre, o me dejo de llamar Bianca Sharp, he dicho _asegura poniéndose de pie y saliendo del comedor.

- Bianca, no te pongas así, Bianca, espérame por favor _suplica el chicos poniéndose de pie para seguirla hasta que el de ojos verdes lo toma de la chaqueta del uniforme.

- Ten algo de dignidad, hombre que ya solo te falta arrodillarte _lo regaña Caleb.

- Pero ella tiene razón, no debieron decirle eso _asegura Jude viendo a ambas chicas.

- Solo dijimos la verdad, es una dramática _afirma la rubia rodando los ojos. 

Días después llega el anhelado sábado, ambos hermanos salen de clases esperando a que su padre apareciera para llevarlos a casa, pero por otro lado vieron a la novia del mismo acercarse a ellos con un par de paletas heladas.

- Bianca, Jude, que bueno que salieron, tengan les compré algo dulce _afirma entregándole a cada uno una golosina.

- No podemos comer dulces antes de la comida _afirma el niño y su hermana asiente.

- Pero yo les doy permiso, venga, coman, coman _insiste a lo que ambos niños se resignan y aceptan.

- ¿Que haces aquí, y mi papá? _pregunta curiosa la castaña.

- ¿Olvidan que los ayudaré con sus deberes para que podamos ir a la casa de campo? _pregunta la mujer con una sonrisa.

- No es nesesario yo puedo sola, gracias _rechaza la niña buscando el auto de su padre al igual que su hermano. 

- Ten paciencia, Cassandra _susurra para si misma la adulta antes de respirar hondo y volver con ellos_ Por favor, su padre se sentirá muy triste si le dicen que no, este es mi auto, los llevaré a mi casa para hacer los deberes y luego iremos a ver su padre.

- Que remedio _murmuran los hermanos al unísono y suben a los asientos traseros, se abrochan el cinturón de seguridad y van en silencio hasta la casa de la mujer.

Cassandra cumplió con su palabra, ayudo a ambos com sus deberes aunque solo fue de ayuda para leer en voz alta ya que ambos hermanos podían con los problemas matemáticos sin ayuda.

Una vez ambos terminaron de comer, los tres fueron hacia la oficina del padre quien al ver entrar a sus hijos, se puso de pie para recibirlos con un abrazo.

- ¿Se divirtieron mucho, hijos míos? _pregunta cuando se separan.

- Supongo que sí, papá. La casa de tu novia no es muy alegre _afirma la niña desconcertado a la mujer.

- Bianca _la regaña su hermano.

- ¿Que? Es la verdad _dice la menor.

Cassandra vivía en una casa de dos pisos, aparentemente sola, la zona era bastante exclusiva, no se comparaba a donde se ubicaba la mansión, claro, pero no estaba nada mal, quizás a la niña no le sorprendió tanto.

- Bueno, querido, yo me voy a casa a preparar mis maletas para irnos antes del anochecer, nos vemos pequeños _se despide de cada uno de los gemelos con un abrazo más cuando intenta acercarse a la niña, está retrocede impidiéndole cualquier contacto.

- Bianca, no seas maleducada, Cassandra solo está... _la regaña su padre hasta que la segunda nombrada interviene. 

- No la regañes, mi amor, entiendo que quizás aún no soy santa de tu devoción, princesa. Pero verás que eso cambiará cuando nos conozcamos mejor _asegura viéndola a los ojos con una sonrisa_ Bueno, nos vemos en un par de horas _afirma la mujer antes de despedirse de su novio con un beso digno de una película de Hollywood, por lo cual Jude le tapó los ojos a su hermana y ambos se giran para no ver, muy bien educados ambos.