007: El salvador de los perdedores

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"Él nos salvó a Will y a mí, nos integró en un grupo de personas como nosotros, nos enseñó que no debemos avergonzarnos por ser como somos" - Dustin Henderson.

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Apenas podía abrir los ojos, sus párpados aún estaban hinchados tras haber llorado toda la noche pensando en las palabras de Tommy.

Aquella cinta había sido demasiado para Steve, y era recién la tercera, ¿cómo serían las demás? ¿podría esta situación llegar a ser peor? Todo parecía indicar que sí, pues por los secretos de esas cintas era que Eddie se había suicidado.

Consideró faltar al trabajo para terminar de escucharlas, y sacarse aquella espina del pecho que no lo dejaba respirar adecuadamente. Steve sabía que no podría estar tranquilo hasta saber exactamente lo que hizo para lastimar a Eddie, así aquello le quebrase el alma por completo. Sin embargo, también era consciente de que debía cumplir con sus obligaciones de adulto, y el trabajo sería un pequeño descanso de la agobiante realidad a afrontar. 

Antes de llegar a Family Video entró a la cafetería, necesitaba urgentemente algo de cafeína para activar su cerebro y rendir durante su jornada laboral.

Mientras esperaba a que lo atendieran se distrajo con un chico de casi su edad, rodeado de tres niños pequeños de entre unos ocho a diez años, y fue inevitable recordar a Eddie durante su temporada de niñero.

La vida puede ser una verdadera hija de puta, pensó Steve. Porque, si ninguno de ellos hubiera lastimado a Eddie, tal vez, ese chico hubiese sido él en esos momentos. Despreocupado, sonriente y feliz. Emocionado por cuidar a unos niños...

-Sí, es muy linda y si sales lo suficientemente rápido de aquí podrás pedirle su número e ir a una ridícula cita, ¿vas a querer lo de siempre? - Max lo sacó de sus pensamientos. Frunció el ceño ante lo que dijo, y se percató que cerca del niñero se encontraba una joven de cabello rubio mirando en su dirección.

-Hoy no. Llevaré un expreso doble, con una de azúcar, por favor - indicó mientras buscaba su billetera.

-¿Sin el muffin? - recién en ese instante Max lo apreció en su esplendor - Jesús, ¿qué te pasó? ¿Farrah Fawcett dejó de fabricar productos para el cabello? Luces terrible, Harrington.

-Gracias, en mi casa no tengo espejos, si no lo decías jamás me daría cuenta - replicó bufando antes de pagar.

-¿Seguro que todo está bien, Steve? - insistió.

No. Nada está bien. Ayer recibí unas cintas de Eddie Munson, el chico que se suicidó, donde me culpa a mí junto a otras doce personas de ser los causantes de su muerte. He escuchado cosas terribles de personas que creía conocer, entre ellos uno de mis mejores amigos. Estoy completamente lejos de estar bien. Fue lo que quiso decir, pero sabía que desahogarse con una adolescente de dieciséis años no era la mejor opción.

-No dormí bien anoche, nada de qué preocuparse, MaxiPad - sabía que la pelirroja odiaba aquel nombre cariñoso.

-Acabas de matarme por dentro - fingió tener un ataque al corazón, y por un instante no pudo evitar recordar a... - Heidi, un expreso doble y un muffin de arándano con banana para llevar - ordenó a una de sus compañeras - Hoy invita la casa.

-No es necesario, Max, no quiero que tengas problemas con tu madre.

-¿Bromeas? Mi madre te adora - la menor le hizo señas para que se acerque a ella junto al salón de descanso del personal, Steve no entendía bien lo que quería, pero accedió.

-¿Qué sucede? ¿Planeas torturarme aquí?

-Tentador, pero hay muchos testigos - respondió y la vio rebuscar entre algunos muebles, la oyó exclamar un "bingo" en cuanto encontró lo que quería - Es un corrector de ojeras. Te pondré un poco, para ayudarte a lucir mejor y no espantar a tus clientes.

13 reasons why (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora