Despertar

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Ya habíamos llegado a Londres, íbamos de camino a la casa de Joseph, era mi primer noche durmiendo tan cerca de él, podía ser que durmieramos aparte, pero estábamos conviviendo en la misma casa, se sentía real, un paso a ser la señora Quinn, pero para eso faltaba demasiado. 

Desde que tuvimos un poco de señal, Joseph no se despegó del teléfono hasta llegar a la casa, hablaba, hablaba, escribía y escribía pero no sabía a quién. Cuando le pregunté con quién hablaba tanto, solo me decía que era sorpresa, y que mañana me daría cuenta, era algo exageradamente extraño, pero no quise preguntarle muchas cosas. Yo, en lo personal estaba demasiada cansada, quería dormir, así que le había llegado la conversación que estaba evitando. 

-Hey, amor, tengo algo de sueño, ¿donde puedo dormir?-le pregunte avergonzada. 

-Preciosa, puedes dormir en mi habitación, Jamie duerme en la habitación para invitados y yo dormiré en mi cómoda sala.-dijo sin preocupación. 

-¿En la sala?, no, tú duerme en tu habitación.-dije alterada. 

-Tranquila, es muy cómoda, en serio.-dijo. 

Solo asentí, por qué seguir insistiendo claramente no iba a ganar.  Entonces, me fui a cambiar, y me acosté a dormir, mientras ellos se quedaron en la sala hablando creo, o no sé. 

(Joseph) 

-Te da miedo dormir con Nat?-preguntó Jamie. 

-No, pero no creo que quiera, además no la quiero hacer sentir incómoda.-dije. 

-¿Crees que dormir con ella la hará sentir incómoda?-dijo Jamie desconcertado. 

-Pues sí, no quiere ni vivir conmigo.-dije. 

-Una cosa es vivir juntos, ella cree que pensarás que ella se está aprovechando de ti y otra es que  dormir por una noche, ya son novios ¿no?.-pregunté. 

-¿Ella piensa eso? a mí jamás se me hubiera pasado por la mente, a ella le debo demasiadas cosas, que ya estoy consiguiendo.-dije. 

-Sí somos novios, pero no hemos llegado a la intimidad todavía.-añadí. 

-Te esperas demasiado.-dijo Jamie. 

-¿Yo? no, solo que aún no es el momento y no hay que porqué presionar, solo quiero estar con ella, verla cada mañana con el cabello despeinado, en pijama tomando café en la terraza, solo quiero que cuando yo abra los ojos, ella esté a mi lado, ya sea dormida o haciendo muecas, que sea lo último que vea cuando me duerma y lo primero cuando me despierte.-dije muy enamorado. 

-¿Sabes qué? Y no me importa si nunca pasamos al sexo, eso no se compara a la intimidad que quiero tener con ella, poder ser solo nosotros, que ella me tenga confianza y viceversa, poder contar que ella estará en los días buenos, y en los días donde todo se derrumbe, saber que ella será la primera en ayudarme a recoger los cimientos, para mí, eso vale mucho más que solo tener sexo con ella.-añadí. 

-Mi amigo, eres todo un romántico.-dijo Jamie entre risas. 

-Vete a dormir mejor.-dije riendome. 

Jamie se había ido a la habitación de él, yo me quedé en el sillón donde me iba a dormir, aún no tenía sueño, pero si quería descansar, le tenía preparada a Nat una sorpresa que espero realmente que le guste, ella claramente se merece el cielo y la tierra, ha aguantado mucho, y prácticamente le arruine la vida, pero le daré el cielo, la tierra y el universo para compensárselo, al menos convencerla para que volviera a Londres fue un paso, debo arreglarle la vida, mientras yo me hundía en mis pensamientos, apareció Nat. 

(Natalie) 

Me van a disculpar, pero no podía dormir, no tenía ese corazón de que el durmiera en el sillón por mi culpa, ¿saben lo doloroso que es?, yo me he quedado dormida en el sillón y a la mañana siguiente no aguanto la espalda, no podía permitir que Joseph sufriera de esa manera, así que me levanté y fui a buscarlo, aún estaba despierto, obviamente, ¿quién se acomoda en un sillón? NADIE. Y aquí entre nos, había escuchado todo lo que Joseph le dijo a Jamie, ¿no es precioso ese hombre? bueno, en fin, le dije: 

-Cuidado te mareas.-dije 

-¿Marearme?-dijo con una risa coqueta. 

-Sí, por estar navegando en tus pensamientos.-dije 

-¿Qué tanto piensas?-añadí.

Hizo una sonrisa picara y contestó: en ti pienso a cada rato.

Sonreí y me dirigí donde él, me senté en el sillón. 

-¿Pensé que ya te habí¿as dormido?-dijo Joseph. 

-Lo estaba, pero no podía dejarte dormir aquí.-dije 

-¿Cómo? si aquí es de la más cómodo.-dijo Joseph. 

Lo miré con cara de rosalía, y lo abracé. Mientras lo abrazaba suavemente, le pregunté: 

-¿Quieres dormir conmigo?-pregunté algo nerviosa. 

-¿Segura?, ¿No te voy a poner incómoda?-dijo 

-¿Incómoda?, no, incómoda me harías sentir si te quedas durmiendo en este sillón en tu propia casa.-dije. 

Él sonrió, y me besó. 

-Bueno, vamos a dormir.-dijo 

Primero se levantó él y me hizo una señal para que me le montará a la espalda, me llevó hacia la habitación a caballito, ¿no sé si fue infantil, tierno o sexy? pero era lindo. Esa noche, por si se pregunta, no pasó nada, nos acostamos viéndonos a los ojos, luego, me abrazó, sentía su corazón latir, mientras estábamos abrazados no paraba de darme besos en la frente y arriba de mi cabeza, fue una sensación de paz inmediata, y nos quedamos dormidos toda la noche, se sentía cuando agarras a un bebé y te lo pones en el pecho y solo contigo se queda dormido, luego siente un olor a sudor de bebé, pero huele muy rico y también te dan ganas de dormir ¿alguna vez lo han sentido? bueno, no sé si sea la única rara, pero así se sentía. A la mañana siguiente nos despertó un rayo de sol, que habíamos olvidado cerrar las ventanas, voltee a ver a Joseph e hizo unas muecas para hacerme reír.

-Buenos días preciosa, gracias por dejarme escuchar la mejor música en la mañana.-dijo Joseph. 

Yo, que apenas se venía despertando el cerebro respondí

-¿Cuál música?

-Tu hermosa risa, es preciosa.-dijo Joseph

Yo solo podía quedar más enamorada, muchísimo más. 

-Bueno preciosa, a levantarnos que tenemos cosas que hacer.-dijo Joseph. 

Nos levantamos y nuestro señor Jamie ya tenía preparado el desayuno, +1000 puntos a Jamie por hacernos el desayuno, así se empieza una nueva etapa en Londres, despertar junto a Joseph, y desayunar con Jamie, con mis dos muchachos iba a empezar mi nuevo comienzo, ¿qué más podía pedir? 

how i met Joseph QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora