Declaración en París.

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(Natalie)

Esa mañana salí muy tarde del hotel, así que no desayuné solo pasé rápido por el restaurante y me llegó un olor muy familiar pero necesitaba llegar a mi trabajo puntual así que no le puse mucha atención y salí. Llegué y me puse a trabajar junto Adrien, habíamos pasado mucho tiempo trabajando juntos, pero teníamos mucha química, yo lo consideraba un amigo, pero se le notaba que a él no, durante el trabajo él me había dicho en salir esa noche, ir a tomarnos algo para que conociera la vida nocturna en Europa, pero no tenía muchas ganas de salir, solo quería llegar al hotel y ya, así que le dije que me diera tiempo y le diría mi respuesta a la salida. Él se sintió algo incómodo, no era la respuesta que él había estado esperando, pero no quedaba de otra, siguió con su trabajo y yo con el mío. Pasaron las horas, y terminamos de trabajar, mientras salíamos Adrien me trataba de convencer en salir esa noche, e insistía mucho, yo trataba de evadir el tema y solo le pasaba sonriendo y diciendo que más tarde le avisaba cuando de pronto veo a Joseph y mis ojos se iluminaron. Él traía puesto un traje precioso que combinaban con sus ojos, y traía algo detrás que lo estaba escondiendo, mi cara no me dejaba disimular, estaba muy feliz de verlo. Rápidamente deje a Adrien hablando solo y me acerqué a Joseph. 

-¿Qué haces aquí?-le pregunté. 

Me miró con sus ojos iluminados y con una sonrisa muy coqueta. -Vine a buscarte, y te traje esto.-me respondió  enseñándome unos tulipanes preciosos.

No pude evitar sonreír como estúpida, agarré el ramo de tulipanes y le pregunté.-¿Cómo sabías que eran mis favoritos?

-No sabía, sólo me parecieron preciosas, además que cuando las vi me hicieron recordarte. 

Era el hombre más dulce y tierno que jamás había visto, pensé. 

-¿Soy preciosa?-le pregunté por lo que había dicho. 

-Claro que eres preciosa, ¿me dejas invitarte a un café?- me respondió mientras agarraba mi mano, y la besaba. 

Me sonroje demasiado, parecía un tomate, pero asentí con la cabeza. Íbamos caminando pero me acordé que había dejado a Adrien atrás y me debía despedir, así que frene a Joseph y le dije que me esperaba un momento. Me devolví a buscar a Adrien y le dije: 

-Hey Adrien, disculpa pero me tengo que ir.-le dije muy apenada. 

-No pasa nada, pero, ¿dónde conociste a ese chico?-me preguntó. 

-Ah, a Joseph?, lo conocí en Londres, ¿por?- le dije extrañada. 

-Ayer cuando llegaba al café, él estaba ahí, de hecho chocamos.-me dijo. 

-¿Estás seguro?-le pregunté. 

Entonces estábamos en el mismo café y no nos vimos?, entonces mi olfato no me falló y si había estado ahí. 

-Sí, no se vieron?- me respondió

-No, la verdad no, pero lo siento, nos vemos el lunes, me tengo que ir.-me despedí. 

Regresé con Joseph y nos fuimos para el café en donde habíamos estado los dos al mismo tiempo, pero no coincidimos, al llegar al café él me dice: 

-Ya había estado aquí ayer. 

-¿En serio?, yo también. -le dije.

-¿TU TAMBIÉN?-me preguntó alterado. 

-Sí, por ?-le respondí. 

-Pero estuve en la parte de arriba, tiene una bonita vista a la torre Eiffel.-añadí mientras entrabamos. 

-No puedo creerlo, estuviste aquí tipo 3 de la tarde?.-me preguntó. 

-Sí, tú también?-le contesté

-Nat, estuvimos en el mismo lugar, a la misma hora y no nos topamos?.-me dijo. 

-Vine a este café en primer lugar para encontrarte, por que pensé que estarías aquí.-añadió. 

Me le quedé viendo y nos comenzamos a reír, nos fuimos a sentar en la parte de abajo. 

-Tal vez el destino nos quería hacer sufrir un rato.-le dije entre risas. 

-Y si que lo hizo.-respondió. 

-Si no te encontraba hoy, me devolvía a Londres.-añadió. 

-Espera, ¿no estás aquí por trabajo?-le pregunté. 

-No, en realidad, vine solo por ti.-me respondió agarrando mis manos. 

Me puse nerviosa, y demasiado contenta. 

Pasamos una tarde increíble, que nos nos dimos cuenta de la hora, nuestra química no se había perdido, aún estaba ahí, y estaba creciendo aún más. Se sentía como si solo nosotros estuviéramos ahí, tan especial, hablamos de todo y de por que el duro tanto en buscarme, y de unos celos que él sintió cuando me vio con Adrien. Yo solo me puse a reír cuando me habló de esos celos, ¿en serio? ¿celoso? él no sabe que está por encima de cualquier otro chico. Si me pusieran a escoger entre él o el chico más guapo del mundo, obviamente lo escogería a él, no hay chico más guapo que él, y realmente no lo digo por su físico, su personalidad es aún más hermosa. Como ya era muy tarde, nos fuimos al hotel, él se ofreció a acompañarme, por lo que ya era muy tarde. Habíamos llegado al hotel y cuando él lo vio se empezó a reír demasiado, yo no entendía por qué. Mientras él se reía yo me quedé muy extrañada, no sabía por que lo hacía. 

-¿Que pasa, por que ríes?.-le pregunté. 

-Nat, aquí también me he estado hospedando.-dijo tratando de controlar la risa. 

-Por alguna razón no nos topamos.-le dije en tono pensativa. 

-Seguro me hizo una prueba.-me contestó

-¿Una prueba?- le pregunté extrañada. 

-Sí, verte con otro tipo, fue muy difícil no ponerme celoso.-me dijo evadiendo mi mirada. 

-Y pensé que, como estabas con otro tipo ya te habías olvidado de mí, y habías comenzado una relación. Y bueno, no me querías en tu vida.-añadió con una voz quebrada.

-¿Crees que en una semana puedo enamorarme de alguien?-le pregunté.

-Además, ¿crees que después de esos lindos días que pasamos juntos, alguien realmente te pueda superar?.-añadí. 

-No lo sé, a mi solo me basto con unas horas en un café.-respondió. 

-Tengo la esperanza de que no.-respondió a la última pregunta que le hice. 

ESPERA!!!!, ESTO ES UNA DECLARACIÓN DE AMOR????. No lo puedo creer,como no te quería en mi vida, si sos el hombre más perfecto que existe en esta tierra, pensé. 

-Espera, así que, ¿te gusté desde el primer momento en que me viste?-le pregunté.

Antes de responderme, él comenzó agarrarme las manos, puso una encima de la otra y con las manos de él las agarró tipo en sandwich, me miró a los ojos y se me comenzó a acercar, tenía esos ojos cafés brillosos muy de cerca, estaba apunto de desmayarme. Pero me tenía que controlar. Luego se acercó a mi oído y me susurró: 

-¿Puedo darte algo?

Yo pensé, puedes darme cien hijos si quieres, pero mi respuesta fue un sí con la cabeza. Estaba muy nerviosa. 

Soltó mis manos, y me agarró la cintura, y haciendo un solo movimiento me pegó con él, me quitó el cabello que tenía en el rostro con una mano mientras la otra seguía en mi cintura, después de eso, me besó y yo le correspondí. Pasó rápido, pero yo lo veía como en cámara lenta ese momento, sus besos eran tan dulces como él, se sentía como en el cielo, pero yo quería que ardiera como en el infierno. Pero dejamos de besarnos, y estábamos fuera del hotel, así que solo fueron unos besos, bueno fue EL BESO. Pasamos al hotel, y nuestras habitaciones estaban continuas, no podía creer que estuviésemos en los mismos lugares y tan juntos, pero al mismo tiempo separados. 



how i met Joseph QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora