POV Alejandro
No sé como Jennifer aún tiene tanta energía, pero eso no me importa. Esperé tanto tiempo para hacerle el amor y por fin se dió. Así que la haré venir todo el día y a cualquier hora. Corrí hacía ella, la levanté y enrollo sus pies en mi cintura.
- Ya estamos en la oficina, tengo un sillón también. Aquí cumpliré tres de tus fantasías.
- Mmmmm.... Si Alejandro.... Penetrame en la silla, quítame las bragas y saca tu pene por el pantalón. Cógeme con ropa.- Gimió mientras le besa el cuello.
- Claro que si pequeña, pero lo haré a mi manera. Caminé hasta mi escritorio y la senté en el borde, me senté en la silla, le abrí las piernas y metí mi cabeza dentro de la falda. Comencé a besarla y pasarle la lengua por encima de la braga, joder, estaba tan mojada. Le rompí la braga y comencé a besar su clítoris. Recorrí cada parte de ella con mi lengua, sabía exquisita. La escuchaba gemir bajito, escuchaba su respiración agitada y su voz cortante cuando me dice que no pare.
- Ahhh, señor.... Mmm... me voy.... a co... a correr...- gemía, mientras yo aumentaba la velocidad. Cuando se corrió, recogí sus fluidos con mi boca, salí de su falda y cuando la miré a la cara estaba roja, casi no podía respirar.
- Pequeña, ¿estás bien?- me preocupé. Ella enrolla sus brazos sobre mi cuello pegándome a su cuerpo.
- Estoy bien, Alejandro. Mejor que nunca.- Acto seguido me besa apasionadamente. Me despego para quitarme el pantalón y me detiene- No, no te lo quites, solo saca tu pene, esa es mi fantasía.
- Como digas- le dije con una sonrisa en la cara. Me saqué el pene, ella me puso el preservativo y la tomé en brazos. Me senté en la silla y ella acomodó mi pene dentro de su vagina.
- No te muevas, deja que yo haga todo.- Me encanta cuando se vuelven posesivas, Jennifer me vuelve loco. Wilfredo, te lo dije que tu hija lo iba a pasar bien. Ella comienza a moverse de arriba a abajo, poco a poco aumenta la velocidad, luego comenzó a moverse en círculos y al parecer así sintió mas placer. Soltó un gemido, bastante fuerte por lo que me miró asustada y se detuvo.
- Sigue moviéndote, pequeña.- le suplico mientras le pongo una mano en la boca. Ella comienza a moverse más fuerte y comienza a brincar, esta desesperada. Le saco la mano de la boca y la comienzo a besar. Luego me besó el cuello y escucho como me gime al oído.
- Ahhh, Alejandro... Me encanta... tu... pene... es enorme... ahhh.- seguía diciéndome cosas al oído. Cuando los dos llegamos al orgasmo, me paré de la silla, y de camino al sofá le saque el vestido. Tenía ganas de ver esas enormes y perfectamente redondas tetas. Quería sentir sus pezones dentro de mi boca, quería poder exprimirlos y escucharla gemir. La tiré al sillón y le besé todo su cuerpo.
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El mejor amigo de mi padre
RomanceJennifer, una joven de 21 años que se siente atraída por Alejandro, el mejor amigo de su padre. Jennifer se queda en casa de Alejandro por dos semanas y allí es que comienza su historia de lujuria y pasión. Esta es una historia para mayores de 18 po...