30 Días de OTP +18

💙Día 29🖤

Tema: Tu fetiche.

⚠️Agarrense las nalgas, que se les van a caer, últimamente estoy mucho con lo de accelerate en todos lados y me ha dado por hacer mi propia versión, gracias por los 1 K de seguidores 🥺💖⚠️

⚠️Estigmatofilia, Falofilia (Size diference), Dacrifilia, Sobrestimulación, Daddy Kink, Dirty Talk, Sexo público⚠️

Otro día común para ser uno de los chicos de la bandera.

Quackity sabia que no había nada de interesante en ser un boy flag, pero le gustaba sentir la adrenalina cuando bajaba la bandera y los carros arrancaban a toda velocidad.

Participar en algo clandestino también lo era.

Así que había llegado a esa nueva carrera, dónde se presentarían dos grandes leyendas de las carreras clandestinas.

Admitía que le emocionaba más porque uno de ellos ya lo conocía de hace rato y entre una cosa y otra, se dio un encuentro de lo más excitante.

Estaba recargado en uno de los carros de los competidores, cuando llegó Rubius, comenzando a lanzar alagos a su vestimenta.

Unos lentes de sol con las micas rojas, su largo cabello bajo un gorrito de color azul, un collar dorado junto con un top blanco que dejaba su cintura descubierta, una chaqueta de cuero, unos shorts cortos de color negro que se ceñían perfectamente a su cadera, unas medias de red, sus botas negras y una paleta de dulce que mantenía en su boca, le gustaba vestirse de esa forma para ganar un par de miradas.

—mi boy flag favorito, ¿Estás emocionado?— Quackity saco la paleta de su boca y le sonrió al peliblanco.

—mas que emoción, son ganas de volver a ver a mi corredor favorito.

Ambos se pusieron al día, en cuanto llegaron los corredores, el público viroteaba emocionado por la carrera que se llevaría acabo.

Quackity volteo la mirada y sonrió coquetamente, ahí estaba el, vestido completamente de negro, a excepción de la camisa, que era de color roja, un chaleco de mezclilla negra, junto con unos pantalones strech negros, en sus manos un par de guantes negros de cuero y como no mirarle, si le sumaban puntos porque se veía claramente el tatuaje de su brazo izquierdo.

—estas en mi auto, precioso.

Quackity rió y se dirigió al castaño de ojos rubíes.

—lo se— coloco sus brazos alrededor del cuello y recargandose en sus hombros —¿Qué me vas a hacer? ¿Mnh?

—dirás que no te voy a hacer, lindo— sostuvo entre sus manos las caderas del azabache, tratando de apegarlo más hacia él —si ganó esta carrera, ¿Cuál es el premio?

—¿El premio? Aparte del dinero que vas a juntar, quizás podamos repetir lo de la última vez, Luzu.

Para el castaño, eso sonaba a gloria, desde la última (y primera) vez que tuvo sexo con Quackity, no ha podido olvidar el como suciamente el menor le pedía que le diera más rudo y se corriera en su interior, era completamente maravilloso ver cómo alguien que luce como un ángel, se viera tan pecaminoso en ese momento.

—trato hecho, bonito.

Quackity se separó y tomó las banderas entre sus manos, caminando con un movimiento de caderas que fue recibido con un par de chiflidos y gritos poco inocentes, lejos de asustarle, para el azabache era como un recordatorio de lo que nadie más podría tener, llenando su pecho de ego puro.