💙Día 7🖤

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Tema: Jugueteo con los dedos.

Quackity era consciente de que no era un niño.

Si, era algo travieso y a veces hasta infantil, pero no un niño pequeño.

Después de los eventos anteriores, quería intentar más cosas, era evidente que necesitaba más de su pareja, solo que no se había podido lograr.

Luzu salía mucho en este último tiempo, cada vez era más frustrante poder hacer algo al respecto porque cada que lo visitaba, Luzu no estaba en casa.

Empezó a estar en casa de su novio, más seguido que de costumbre, al mismo tiempo que el castaño salía de casa casi siempre, un día simplemente va con Rubius (que es probablemente la persona a la que recurre cuando se siente en conflicto) y ambos quedan de verse en la feria del pueblo.

[💙🖤]

Rubius nota como Quackity está muy serio, lo cual no es común de ver en alguien que va sonriendo a todo lo que ve, no disfruta de los juegos de la feria y en el fondo, admitía que toda la situación le incomodaba.

—¿Pero que te sucede?— Rubius le detiene y Quackity simplemente se le queda viendo, sin decir que lo tiene consternado.

—¿A mí? Nada— el híbrido de pato se hace el interesante y evita la pregunta de Rubius, el híbrido de oso bufa, no se va a mover de ahí, hasta que sepa que le pasa a su amigo.

—Quackity, has estado serio, ¿Tiene que ver con Luzu o algo así?— vio como las pequeñas alas del menor, se tensaron, a lo que el mayor sonríe al dar en el clavo —¿Hizo algo que no te gusto?

—no es eso— al fin decidió sacar lo que llevaba por dentro —es solo que Luzu no ha estado en casa durante mucho tiempo, casi siempre está afuera y no hay mucho que hacer en su casa cuando está sola.

—se que no es solo por eso, normalmente has estado en casa de Luzu, hasta cuándo estuvo de misión, te la pasabas durmiendo ahí y aún no eran novios.

Quackity sintió como su cara enrojecia, Rubius a veces era demasiado mirón, para no decir que casi siempre sabía que pedo con su mente.

Cosas de amigos, supone.

—te voy a contar una cosa y espero no se lo digas a nadie.

El oso le prometió al patito que no diría nada, pero ambos sabían que igual iría de bocón con su pareja.

Susurro los eventos que se armaron en casa de Vegetta, a lo que Quackity se sintió algo avergonzado, mientras que Rubius paraba más las orejas con cada detalle.

—¡Y tuvieron el descaro de negarloooo!— exclamó el de pelo blanco, exclamación que Quackity le callo con un sape en la cabeza.

Ambos se quedaron viendo, Rubius simplemente no entendía el punto malo.

—si se masturbaron mutuamente, ¿Que te molesta? Digo, se tocaron el pipí, ¿Porque habría de enojarte?

—es que no estoy enojado por eso, estoy molesto porque Luzu no está en casa y he querido hacer más cosas de esto con él.

El mayor comenzó a hacer sonidos de sorpresa, a lo que el menor mantenía la mirada abajo, su cara roja y sus brazos cruzados.

30 Días de OTP +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora