Introducción.

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Hospital Psiquiátrico General.
New York, New York.

La habitación estaba casi totalmente a oscuras, apenas y había iluminación gracias a los rayos de Sol que lograban traspasar las gruesas y blancas cortinas de las ventanas. Sobre la pequeña cama que estaba en una esquina, un hombre de tal vez veinte años, de cabello oscuro, piel blanca, y complexión media, dormía tranquilamente.

Minutos más tarde, él despertó de golpe, sentándose en la cama. Le dolía la cabeza. Pasó una de sus manos por su cara, retirando los largos cabellos negros que la cubrían. Levantó la vista, y observó con cuidado la habitación. Estaba algo confundido, no se encontraba en su habitación, como él recordaba estarlo.

Se paró de la cama, y también se dio cuenta de que no traía sus típicas ropas. Llevaba puesto un pantalón un poco flojo, una camisa de botones con mangas cortas, y unos zapatos de metedera. Todo del mismo color: blanco, perfectamente limpio. Además, tenía ambos brazos envueltos en vendas de color beige desde los codos, hasta las manos, dejando solamente sus dedos al descubierto.

Ahora estaba más confundido. Sacudió un poco su cabeza para tratar de aclarar las cosas, y salió despacio de la habitación. Había un enorme pasillo. ¿Estoy en un hospital?, pensó.

Siguió caminando y observando cada habitación por la que pasaba. Todas estaban cerradas, pero sí se encontraba gente dentro de ellas, todas con la misma vestimenta que él, realizando pinturas o dibujos. Pero había otras en las que esas personas gritaban, o se golpeaban contra la pared o contra la puerta. Eso lo asustó un poco.

Caminó más rápido, y por fin encontró una salida. Abrió las puertas, y pudo ver un enorme jardín verde, parecía un gran campo. Ahí había más personas. Todos lucían tan tranquilos. Entre toda la gente, se dio cuenta de que había también sin el "uniforme". Corrió hasta una de ellas, y la tomó del brazo para que volteara.

—Disculpe —habló un poco asustado y con voz nerviosa.

—¿Señor Way? —dijo ella asombrada al verlo.

—¿Cómo sabe mi nombre? —preguntó sobresaltado, pero aún tenía mas preguntas en mente.

—¿No me recuerda? —él negó—. ¿Sabe dónde está o cómo llegó usted aquí? —el pelinegro negó nuevamente.

—No sé, no sé. Estoy confundido, asustado. ¿Qué es ésto? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Quién es usted? ¿Qué me pasó en los brazos? ¿Y mi novio? ¡¿Dónde está Frank?! —comenzó a alterarse más de lo que ya estaba.

—Tranquilo, Gerard. Sí es Gerard, ¿o quién es ahora?

—¡¿Cómo que quién soy ahora?! Sí soy Gerard, maldita sea —pasó sus manos por su cabello.

—¿Recuerda qué sucedió hace una semana?

—¡¿Llevo una semana aquí?! —se dejó caer al pasto y comenzó a sollozar—. No es posible —susurró con nerviosismo—. ¿Qué me pasó? ¿Y dónde estoy? ¿Y mi Frankie? ¿Dónde está él?

—Sorprendente —susurró la rubia—. Gerard, el jóven Iero... —se quedó en silencio un momento.

—¿Dónde está Frank? —repitió temeroso.

La mujer de cabellos rizados siguió en silencio, mirándolo con vergüenza y lástima. ¿Prefiría ahorrarse las palabras a contarle dónde estaba el chico?

Algo malo está pasando, pensó Way antes de perder la vista en el atardecer y quedarse atrapado en su mente, sin decir palabra alguna.

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Bien... Antes que nada, ¡hola! Me presento: Soy Aarím. Vengo de México, soy mujer, y creo que eso es todo.

He venido a compartir con ustedes ésta historia. Soy nueva en wattpad, así que... Sólo espero que les guste mucho.

xoxo

Trastorno de Identidad [TID]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora