Capítulo X.

177 19 4
                                    

Clínica Particular de Jersey, psicología y psiquiatría.
10.14PM

El doctor Robert Bryar miraba los papeles de su escritorio con detenimiento. Todo estaba a computadora, escrito por él en el moderno monitor que había adquirido hacía unos meses.

Mientras leía todos esos documentos, al mismo tiempo hacía anotaciones en un cuadernillo que estaba a su derecha, lleno de garabatos característicos de cualquiera que haya estudiado medicina. Bryar había estudiado un doctorado normal, pero igual psicología, psiquiatría y literatura. Pensaba en ello. Y también observaba de reojo a su nuevo paciente de psiquiatría.

—Gerard Arthur Way Lee, ¿verdad?

Al no obtener respuesta luego de un momento, levantó la vista, mirando solamente al mencionado. Este estaba observando los diplomas colgados en una pared, además de los libros colocados en órden de autor sobre un librero de roble sólido color marrón.

Además de Robert y Gerard, en la habitación, pero al fondo, se hallaban dos oficiales, listos por si Way se ponía agresivo nuevamente.

—¿Le gusta la literatura? —preguntó Bryar, esta vez logrando captar la atención del pelinegro.

—Un poco... —susurró—. Soy más fanático de los cómics.

—Seguro notó mi pequeña colección de Grant Morrison —comentó con un asomo de su sonrisa, comenzando a entrar en confianza.

—Sí. Tengo los mismos y otros muchos.

—Espectacular. Señor Way, no quiero ser frío, pero estamos aquí para hablar de su situación mental.

Gerard tragó fuerte; no quería hablar de ello. Siempre que lo hacía había problemas. Asintió temeroso, y prestó atención al rubio doctor.

—Según esto... Cambia de humor constantemente. Olvida muchas cosas, incluso cosas que usted mismo lleva a cabo. Habla solo. Escucha voces... ¿Tiene alucinaciones?

—No...

—Que usted recuerde.

—Que recuerde —aceptó.

El de ojos azules hizo algunas anotaciones rápidas en su organizado y grueso cuadernillo, en el apartado que había marcado como "Way, Gerard" en la sección de Pacientes. Luego de unos segundos dijo:

—Señor Way... No podría saber con exactitud qué es lo que usted tiene sólo con algunas palabras de familiares suyos.

—¿Y eso quiere decir...?

—Quiere decir que será necesaria su asistencia diaria a citas en esta clínica. No serán sesiones de tratamiento hasta tener una idea de su... enfermedad.

—Bien. Por curiosidad... —le tembló un poco la voz—, ¿qué va a hacerme?

Robert sonrió ligeramente. Ese comentario le había recordado a una pequeña niña, Sophia, que asistía a terapia por traumatismo. "¿Qué vamos a hacer? Prometa que no me dolerá", había preguntado temerosa la pequeña el primer día.

—Nada relevante —respondió, borrando la imagen de la dulce niña de ojos marrones, poniéndose serio nuevamente—. Sólo estará en una clase de observación. Si acaso, estará de vez en cuando en una habitación a la que llamamos la habitación de algodón blanco, es un...

—...término utilizado para no asustar a los niños —susurró, interrumpiendo a Bryar y finalizando lo que él decía.

—¿Sabe de ella? —preguntó sorprendido, alzando una ceja.

Trastorno de Identidad [TID]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora