Capitulo 31

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Los días pasaban, al igual que el hecho de mantener en secreto su relación. Cada vez se convencían más de tener que hacer público todo; y con hacer público me refiero a contarles a sus familias. La parte más difícil de toda la situación.

Llevaban días planteándose la idea, diciendo a veces que era buena y otras que era mala. Contradiciéndose continuamente, pero al final llegando a un acuerdo mutuo. Era hora. Debían de contarles a sus padres la relación que llevan, teniendo en cuenta que la reacción de estos puede ser buena o mala. Si es buena, sería magnífico; pero si es mala... realmente no saben qué harán. Esperan que todo salga bien.

Primero hablarán con los padres de Rubén, y luego con los de Mangel. Así que el viaje a Noruega ya estaba listo. Cuando por fin se decidieron realmente, avisaron a los padres de Rubén que irían y compraron los boletos de avión.

Paola, Alex y Cheeto, quien se había enterado hace poco, pero aún así los apoyó, les daban todos sus buenos ánimos.

En el aeropuerto la cosa fue algo diferente.

- Rubén... creo que no estoy listo para esto. Siento que en cualquier momento me desmayaré – Y en cierto modo es verdad. Mangel sentía un millón de cosas en su cuerpo. Nervios, ansias, temor, pánico. Pero Rubén estaba decidido, seguro que todo saldría bien. Sus padres siempre han sido muy comprensivos con él, y espera que esta no sea una excepción.

- Eh, tranquilo. No pasará nada, mis padres lo entenderán, estoy seguro – Respondió con toda la confianza que sentía, intentando transmitirle un poco a su pálido novio.

- ¿Cómo puedes estar tan seguro de que las cosas saldrán bien? – Mangel no lo entendía, no entendía cómo es que Rubén era tan seguro en momentos como estos siendo que él estaba a punto de desplomarse en ese mismo lugar.

- Porque confío en ello – Respondió sin más, esbozando una dulce sonrisa, pero aún así no logró quitarle los odiados nervios a Mangel. Éste intentó devolverle la sonrisa, pero sólo salió una mueca.

- ¿Y si las cosas salen mal? – Insistió.

- No saldrán mal, ya te lo dije – Dicho esto se acercó al pelinegro y le rodeó los hombros con un brazo. Este dejó de temblar, aunque sea un poco.

Paola tosió, falsamente. Acto seguido los dos muchachos se separaron y se voltearon.

- Les deseo lo mejor del mundo. Piensen siempre positivo, los quiero un montón – Abrazó a cada uno durante unos segundos, y luego los abrazó a ambos al mismo tiempo.

- Gracias, aún así no logro dejar de estar nervioso – Confesó Mangel. Paola sonrió.

- Estarás nervioso todo el rato, de eso seguro. Pero intenta relajarte, y pensar que todo saldrá bien – Le besó rápidamente la mejilla, y luego dejó a Alex y Cheeto acercarse.

- Bueno, pues, nos vemos dentro de unos días. Cuando lleguemos te mando un mensaje – En este punto Rubén se dirigió a Paola.

- Vale, tengan buen viaje – Volvió a abrazar a Rubén.

- Gracias – Luego Alex y Cheeto abrazaron rápidamente a cada uno.

- Suerte – Les dijeron.

Al cabo de un minuto la voz robótica anunció que el vuelo ya partiría, así que el par de muchachos tomó sus maletas y se dispusieron a marcharse.

- ¡Nos vemos! ¡Los quiero mucho! – Gritaba Paola mientras los dos se alejaban. Ambos se voltearon y se despidieron con la mano.

- ¡Y nosotros a ti! – Le gritó como respuesta Rubén.

Promise? (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora