Capitulo 33

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Al día siguiente cuando Rubén despierta, Mangel ya estaba con los ojos abiertos, pero en completo silencio y mirando un punto fijo en el techo. Lo mira extrañado, esperando que se de cuenta de su presencia, pero nada cambia.

- Buenos días – Decide decir por fin. Al escucharlo, Mangel se tambalea un poco y lo mira, para luego sonreír.

- Buenos días, ¿qué tal dormiste? – Pregunta mientras se acomoda poniéndose de lado para poder mirarlo mejor. Rubén le sonríe y le da un fugaz beso en los labios.

- Muy bien, ¿y tú? ¿Hace mucho despertaste? – Al terminar de hablar sigue dándole cortos besos, a los que Mangel no se niega.

- En realidad no dormí en toda la noche – Dice con toda la naturalidad posible. Al escuchar aquello Rubén deja de darle besos, para mirarlo fijamente.

- ¿No dormiste? ¿Por qué? – Pregunta preocupado.

- No pude, estuve pensando toda la noche en muchas cosas. Además se me fue el sueño cuando intenté dormir. Estuve mucho rato dándome vueltas y acomodándome, pero no hubo caso – Sonríe intentando convencerlo, aunque en realidad lo que dice es cierto.

- ¿Y no estás cansado? – Vuelve a preguntar. Mangel niega con la cabeza mientras le pasa un brazo por la cintura y se apega a él.

- Para nada. Me siento con más energía que nunca antes – Ríe por lo bajo. Rubén sólo sonríe, aunque le sale más como una mueca.

- ¿En serio no estás ni aunque sea con un poco de sueño? – Insiste. Mangel vuelve a negar con la cabeza.

- Nada, nada – Responde. Y en realidad no tiene nada de sueño, al contrario, se siente muy fresco. Y ansioso. Necesita de una vez contarle todo a su familia para por fin poder librarse de ese peso que le atormenta tanto.- ¿Cuándo iremos donde mis padres?

Rubén se sorprende por la pregunta, no imaginaba que Mangel querría ya contarles todo. Titubea un momento y luego responde.

- ¿Cuándo quieres? – Es lo único que se le ocurre.

- Lo antes posible – Responde con una chispa de entusiasmo, que se transforma en miedo y nervios.

- ¿En plan de aquí ir allá? – Aunque lo dice como broma, Mangel se lo toma en serio.

- No es una mala idea – Se frota la barbilla un momento y luego vuelve a la posición inicial, de espalda mirando el techo.

- ¿Lo dices en serio? –

- Rubén... - Mangel voltea la cabeza, para poder mirarlo a los ojos.- Quiero decirles de una vez, ya no aguanto tener que guardar el secreto. Necesito contarles, y dejar de sentir esa culpabilidad de no confiar en ellos.

- Vale, si tu lo quieres así, por mi no hay problema – Le sonríe con dulzura, como suele hacer cuando quiere transmitirle seguridad. Mangel en respuesta le devuelve la sonrisa.

- Bien, gracias – Dice luego de un rato. Busca por debajo de la sábana la mano de Rubén y, cuando la encuentra, se la aprieta fuertemente.

- Para mañana tenemos el vuelo de vuelta a España. ¿Te apetece que nos quedemos al menos un día en el departamento y luego nos vamos donde tus padres? – A Mangel se le revuelve el estómago cuando escucha eso, pero debe soportarlo.

- Sí – Responde en un susurro, por lo tanto carraspea y lo repite, esta vez con voz más firme.- Sí.

Rubén lo observa por unos segundos, sonriendo ligeramente.

- Estás nervioso, ¿no? – Pregunta. Aunque a Mangel esa pregunta le parece muy obvia, asiente de todas formas.

- Nervioso, temeroso, ansioso, y todo lo malo que termine en oso – Rubén ríe, pero Mangel permanece serio.

Promise? (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora