Capitulo 3

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Al día siguiente, el calor desapareció misteriosamente. El día se tornó nublado a eso de las doce, pero no hacia frío, ni calor. Era un clima intermedio. A Rubén le pareció el día perfecto para enseñarle Madrid a su vecino. 

Tomó desayuno y se vistió rápidamente, aunque ni él entendía por qué todo tan rápido. Él apresurado, mientras Mangel seguía durmiendo plácidamente en su departamento. 

Cuando ya estuvo por fin listo salió de su piso, asegurándose de dejarlo cerrado con llave, y se dirigió al de su vecino. Toco tres veces a la puerta, pero nadie salió. Pensó en llamarlo, pero no tiene su número, así que sólo queda esperar... a no ser...

- Mangel.- Tres toques rápidos a la puerta

- Mangel.- Otros tres toques rápidos a la puerta.

- Mangel.- Repite el proceso anterior.

- Mangel.- Y lo repite nuevamente. 

- ¡Pero que pesa'o eres tío! ¿O ahora te llamas Sheldon Cooper?.- Bromeó Mangel mientras abría la puerta, aunque un tanto cabreado también. Pues lo había obligado a levantarse de su adorada cama. Y con lo bien que estaba durmiendo. Además tuvo que salir en pijama y todo despeinado por la impaciencia del que tocaba la puerta.

- Creo que sigo llamándome Rubén Doblas, a no seeeeeer.- Rubén miró a Mangel con los ojos muy abiertos, molestándolo.

- Vale, como diga'. ¿Qué quieres?.- Comenzaba a impacientarse, no le gusta que nadie lo despierte de su momento tan preciado, y menos que lo despierten de esa forma. 

- Hoy es un día perfecto para que vayamos a recorrer un poco la ciudad.- Ahora lo miró sonriendo de oreja a oreja, como si se tratase de un niño con muchos caramelos... y una pronta hiperactividad.

- Pero macho, estaba durmiendo.- Apoyó su frente en el marco de la pared, y volvió a cerrar los ojos. 

- Pero ahora estás despierto, venga, ve a vestirte mientras yo te espero.- Empujó a Mangel dentro del departamento y luego entró él como Pedro por su casa. Aunque a los minutos se sintió muy entrometido.- Oh... ¿puedo entrar?

- Ya estás adentro. Si quieres siéntate en el sofá y ve televisión o juega a la play. Yo tengo que ducharme, desayunar y todo lo que implica ser humano por la mañana.- Aunque ni ganas de todo eso tenía. Aún así se sentía bien porque Rubén hubiera venido. 

- Vale, gracias.- Caminó hacia el sofá, intentando no tropezar con las cajas y demás. Cuando ya estuvo sentado, comenzó a mirar los videojuegos.- ¿Puedo tomar cualquiera?

Mangel mientras se preparaba algo de desayunar, lo dudó un momento, pero luego asintió.

- Vale.- Aunque se escuchó muy inseguro. 

- Eh, macho, que no te romperé ninguno.-Dijo riendo mientras colocaba uno de los tantos en la consola y la encendía.

* * *

- Y eso, bueno, eso es un árbol.- Los dos comenzaron a reír.

Llevaban más de media hora caminando por todos los lugares a los que se les ocurría, hablaban de todo lo que veían y la mayoría del tiempo eran risas. Se la estaban pasando de maravilla.

- Si no me decías, no me enteraba de que era un árbol.- Bromeó Mangel siguiéndole la corriente. La gente podía mirarlos raro por las tremendas carcajadas que soltaban, pero en realidad eso a ellos no les importaba.

- Pues entonces agradece que te lo dije, sino tu ni idea de que lo era.- Y nuevamente las risas se hicieron presente.

- Te lo agradezco.- 

Promise? (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora