DANIEL
Ah, ya entiendo. No es como si las licorerías extravagantes estuvieran abiertas a esta hora.
Igual, es raro.
En la lista figuraban algunas bebidas alcohólicas. Me llamaba muchísimo la atención que Kim me pidiese que vaya por ellas.
Supuse que ambos sabíamos que fuese cual fuese su razón, yo no podía hacer nada desde el puesto en el que me hallaba. Era el más desafortunado de toda la oficina, a fin de cuentas.
El frío me azotó por quinta vez en el transcurso del día, tan intenso como el de la mañana.
No tardé mucho en llegar y reunir todo lo listado. Al llegar a la caja, la cajera no pudo evitar observarme con una mirada mezclada de poca confianza y preocupación.
De seguro pensó: ''¿Se va a tomar todo esto solo?''
Era un surtido de varias bebidas baratas, algunas tradicionales y otras no tanto.
Terminé con la transacción y volví al edificio.
Era viernes y eso era lo único que me motivaba a mover el trasero. Quería irme de una buena vez.
En el ascensor, una emoción que nunca jamás había surgido cuando pensaba en mi jefa, apareció.
La preocupación.
Fruncí el ceño para mí y miré a uno de los espejos que cubrían las paredes del ascensor.
—¿Qué te pasa? —me susurré— Y, ¿qué te importa?
Es cierto, qué me importa.
Tal vez ni eran para ella.
O quizás, de vez en cuando bebía en secreto bebidas baratas y debía hacer la compra del mes porque ya se le habían agotado.
De cualquier forma, no debía importarme.
Toqué la puerta de la oficina de la CEO al llegar y esta vez sí recibí una respuesta inmediata. Al contrario de hacía unos minutos, la estadía en esas cuatros paredes fue casi tan fugaz como la velocidad de la luz.
Ella se encontraba de espaldas como anteriormente, pero ni siquiera se molestó en mirarme.
Saqué las bolsas de mi bolso y con cuidado, las coloqué encima de su escritorio, luego repetí la reverencia sin esperar unas gracias de su parte (que, en efecto, fueron inexistentes) y me marché.
(...)
Mi cansado cerebro potenciado con la inservible maldición de tener empatía por gente que no lo merece, se metía en mi camino al intentar realizar mi trabajo.
¿Realmente estará bien?
Ya eran las nueve de la noche y Kim no había salido de su oficina en ningún momento. Esto provocó que la preocupación tomase más tamaño y que me surgiesen ganas de preguntarle si se sentía bien.
Era demasiado alcohol para una sola persona.
De seguro estaba siendo ansioso y exagerado. Aquella noche era una como todas las otras: mi jefa encerrada en su oficina, trabajando y su esclavo, también trabajando, atornillado a su silla.
—Cállate, por favor. —le ordené a mi cabeza y solté un suspiro. Apoyé toda mi espalda en el respaldo de mi asiento y continué con la mirada firme en la pantalla del ordenador.
Estaba por volver a la labor, cuando escuché el ruido de algo romperse y si mi audición no fallaba, provenía de la oficina de Kim.
Mi empatía hizo a un lado a la parte de mi ser que decía que no debía entrometerme y mis piernas se levantaron, dirigiéndose al origen del ruido.
ESTÁS LEYENDO
soft side ‹ jennie | male reader
Fanfic⸺𝗝𝗘𝗡𝗡𝗜𝗘 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖. Hay dos cosas a las que Park Daniel les tiene terror en la vida: las deudas y los insectos. No obstante, cuando comienza a trabajar en Primadonna, aparece una nueva cosa en su lista: ser despedido sin haber pasado el per...