#21 : Amor

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DANIEL

Me quedé hablando un rato con Jennie, comentándole lo que estaba sucediendo con Sohee, hasta que la puerta se abrió sin tocar y apareció mi mejor amiga detrás.

—¡Daniel! ¡Jennie! —tragó saliva y se adentró a la oficina, cerrando la puerta tras ella— Lo lamento, es que...Daniel, tienes que leer esto. —traía un sobre de cartón en sus manos y de dentro del mismo, sacó una carta para luego entregármela.

—¿Qué es esto? ¿Una carta de Hogwarts? —bromeé antes de abrirla.

El papel era simple, no obstante, de alguna manera también se veía formal.

Me paralicé en mi lugar cuando comencé a leerla, era dirigida a mí y venía del equipo de Bang Yuntae.

Estimado Park Daniel:

Hemos recibido material sobre la obra de teatro de la que participa. Debido a la fuente que nos mandó el vídeo, decidimos brindarle un vistazo.

Nos complace informarle que nos gustaría invitarlo a unas audiciones para una futura serie dirigida por el Director Bang.

Si está de acuerdo, escriba al siguiente correo y le brindaremos más información al respecto. La fecha límite para comunicarse es hasta el 29/10.

Atentamente, equipo de Bang Yuntae.

—So-sohee...—pronuncié bajo— ¿Qué es esto? ¿Esto..? —subí la mirada, mi mejor amiga me observaba con una sonrisota y en su mano, sostenía otra carta. Esta parecía decir lo mismo, pero con la diferencia de que iba dirigida a ella.

—Daniel, ¡está sucediendo! —exclamó feliz y se acercó a mí— Estoy 100% segura de que no es una broma, es real. —me tomó del rostro— Estaba llevándote el vestuario a tu departamento y las vi nada más abrí la puerta.

Le había dado a Sohee una copia, porque a veces, debido a mi horario laboral, no podía ir a las pruebas de vestuario que en ocasiones se hacían fuera del horario de las clases. Así que ella dejaba la ropa y luego se iba.

—Pellízcame. —le pedí, arrepintiéndome al instante, pues me pellizco ambas mejillas con algo de brusquedad.

—Qué bestia eres. —me quejé y sonreí igual de amplio que ella— ¿Cómo ha sucedido esto? No lo puedo creer, ¿quién..?

Después de mucho tiempo, era la primera vez en la que mi corazón se sentía cálido con respecto a mi pasión en la vida. Podía percibir esa luz al final del túnel que tanto anhelaba. No importaba si pasaba la audición y me brindaban un papel secundario, jamás había tenido la oportunidad de presentarme en algo tan grande e importante.

Abracé a Sohee y tanta fue la emoción, que cuando nos separamos, recordé que Jennie aún seguía allí. Se encontraba cruzada de brazos y apoyada contra el escritorio, mirándonos con una sonrisa genuina.

—Yo creo que sé quién fue. —Sohee suavizó su sonrisa y ladeó la cabeza ligeramente en dirección a Jennie, quien bajó la mirada al notar el gesto.

—Jennie. —solté— ¿De verdad has sido tú?

No estaba pensando con claridad, sin embargo cuando lo hice, sí, era obvio ¿Quién más sino? Era la única persona con contactos que vio nuestra obra.

—Gracias, Jennie. —Sohee se acercó a mi jefa y le brindó un tierno abrazo que esta no se esperaba para nada, pero que correspondió de la misma forma— Podrías haberlo hecho solo por Daniel, pero...gracias por incluirme. —la voz de la más alta se quebró un poco y esto hizo que alargase el abrazo.

—Por favor, Sohee. —contestó Jennie y le palmeó la espalda con suavidad— Ambos tienen mucho talento.

—Nunca creí que diría esto...pero te apruebo totalmente con Daniel. —comentó divertida cuando se separó— Y gracias, de en serio. —se acercó a mí y palmeó uno de mis brazos con cariño— Debo irme ya...estamos hablando. Cuídense mucho. —nos regaló una agradable sonrisa.

—Gracias. —le susurré antes de que saliera por la puerta, a lo que ella, sin borrar la sonrisa, negó con la cabeza.

Una vez que Jennie y yo estuvimos a solas, todavía podía sentir como mil emociones me recorrían el cuerpo de acá para allá. Estaba eternamente agradecido con ella y la felicidad me nublaba en todo aspecto.

—Hacía mucho que no sentía esta esperanza. —comencé a decir y me acerqué a la CEO, que seguía con parte de su cuerpo descansando en el escritorio— No tenías que hacer nada de lo que estás haciendo, así que te agradezco muchísimo.

Jennie me miró fijo y me sonrió con ternura.

—Deja de decir eso. —me regañó con cariño— Claro que tenía que hacerlo, no perdía nada y además, los ayudaba.

Negué ligero con la cabeza y me quedé mirándola, como embobado.

Esta no es la Jennie que conocí el primer día que vine aquí, imposible.

—Has cambiado tanto. —acorté todavía más la distancia y cuando estuve lo suficientemente cerca de ella, dejé la carta en la mesa, luego, coloqué mis manos alrededor de su cuerpo y pegué mis palmas al mármol— Ahora entiendo un poco lo que sentías ese día.

Ella elevó las cejas y ladeó un poco la cabeza, como sin comprender a qué me refería.

—Cuando me acorralaste contra tu escritorio, solo que a mí me mueven razones muy diferentes. —logré hacerla avergonzar con ese comentario. Me sentía invencible en todo aspecto y eso me ayudaba a no tirarme para atrás— Estoy tan feliz, que solo quiero besarte.

Me incliné hacia su cuerpo y atrapé sus labios en un profundo beso. Por supuesto que no podría hacer lo que quería allí, pero sí podría besarla y en un momento como ese, de en serio necesitaba hacerlo.

En realidad, quería hacerla sentir querida en todo aspecto.

Y devolverle lo que me estaba dando. 

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