soft side ‹ jennie | male reader

#14 : Insensible

DANIEL

Me la pasé con la cabeza en cualquier lado menos en el trabajo durante casi toda la mañana.

Tenía a Jennie tan cerca y a la vez tan lejos.

Y las ganas que traía de mandarla a la mierda eran descomunales, pero al parecer no tan descomunales como mis ganas de querer verla de nuevo y recibir una explicación de su parte.

Mi mente ya se inclinaba a pensar lo peor de su persona porque era lo lógico y lo obvio, sin embargo, mi corazón le decía "Espera un minuto..."

Y ahí estaba, haciendo mi labor sin ganas. Sabía que me perdería la hora del almuerzo si me quedaba únicamente para hablarle, pero sería una cosa que también le reclamaría luego.

Una vez que el piso se vació, fui directo a su oficina y entré sin tocar la puerta.

Jennie se encontraba sacando su almuerzo de su mini refrigerador y se sobresaltó un poco, dio una media vuelta con todas las de regañar hasta que se topó con mi rostro y se quedó como paralizada.

—¿Qué quieres? ¿Y por qué no tocas la puerta? —finalizó sacando la comida y cerró el refrigeradorcito de un portazo.

—Más bien yo debería preguntar qué quieres tú.

—No sé de qué hablas. —se sentó en su despacho y se dispuso a abrir la bolsa de cartón.

Me senté en la silla restante y observé con atención sus movimientos. No sabía si sería suficiente para incomodarla o algo, mas no perdía nada intentándolo.

—¿Qué? —me preguntó irritada y al fin juntó su mirada con la mía— ¿Quieres que te convide un poco acaso?

—Quiero saber por qué haces lo que haces. La noche de la obra, me dijiste que—me interrumpió.

—Lamento informarte que no recuerdo nada de esa noche. —sus labios formaron una línea.

Esa expresión tan simple me hizo irritar.

—¿De en serio? ¿Quieres escuchar la grabación que hice? —Jennie abrió los ojos como platos.

—¿Hiciste otra grabación?

—No. —percibí alivio que intentó ocultar— Pero si no estás dispuesta a explicarme por qué actúas como actúas, simplemente deja de jugar conmigo.

Permaneció en silencio.

Tenía que olvidarme de ese beso, de esa noche y de esas palabras que había dicho.

—Eres una...una maldita egoísta. —ella frunció el ceño y me miró furiosa.

—¿Cómo me llamaste?

—Es que es lo que eres. —me levanté de la silla y Jennie hizo lo mismo.

—Lamento que mi forma de ser no te agrade, no puedo cambiarla a esta altura de mi vida.

—Por supuesto que no. —expresé frío— Si no lo harías por ti misma, ¿por qué lo harías por alguien más?

Pese a que me hallaba donde precisaba, o sea, cara a cara, sin pantallas de por medio y a solas...quería irme. Estaba desperdiciando tiempo y sentimientos al punto de ser estúpido.

—No entendía por qué me habías besado, pero ahora lo hago. —me di media vuelta.

—Park, espera. —mi cuerpo se tensó y mi mano quedó encima del picaporte.

Apareció un silencio en donde solo se oían los poco audibles sonidos producidos por el refrigerador y la calefacción.

—Lo siento. —expresó de forma un poco tosca, se sentía como si estuviese luchando con sus palabras— Fue estúpido besarte, aunque recuerdo que me correspondiste.