DANIEL
Mentía si decía que el karma no era algo en lo que había pensado ese último mes. Literalmente tenía fantasías, imaginaba que todo lo malo volvía a esas personas que me hacían infeliz. De hecho, era algo que tendía a hacer, pero por lógica se volvía frecuente cuando los golpes eran constantes.
Gocé de semanas en las que fue fácil trabajar y quería creer que las próximas serían igual, aún si no sabía muy bien cuándo caducaría mi tranquilidad.
No adoraba mi trabajo o algo por el estilo. Creo que ya ha quedado claro que no pertenecía a ese 1% de la población que poseía el trabajo soñado y...de seguro que jamás lo haría.
De todas formas, las cosas en verdad estaban mucho más calmadas.
Las contracturas que tenía por estar tanto tiempo sentado potenciado con el estrés, habían desaparecido por completo.
No sabía cuál era el karma personal relacionado a ese mes de mierda, quizá ni lo había y solo era una experiencia que tenía que vivir. No pensaba mucho en eso cuando se trataba de mí, porque nunca podía llegar a una conclusión concreta y terminaba con más preguntas que respuestas.
Prefería no embrollarme de más con el sentido de la vida, era algo muy complicado y también triste llegar a la conclusión de que creemos en algo, únicamente para no caer en un vacío. Es eso que nos conecta a la tierra y nos dice ''por eso estamos aquí".
Sin embargo, pensar de más en que el karma estaba cayendo en Jennie Kim por una acción específica, era algo que hasta me subía los ánimos. Al menos, esa sensación fue la que sentí cuando su padre me invitó a desayunar la mañana del lunes.
—¿Daniel? ¿Park Daniel? —estaba llegando a la oficina medio justo con el tiempo. El sábado me había quedado ensayando hasta tarde en la casa de Sohee, mi mejor amiga y el domingo había decidido levantarme a eso de las tres de la tarde.
—Oh, señor Kim ¡Hola! —esbocé una sonrisa y le saludé con una leve reverencia, luego, compartimos un ligero apretón de manos. Él me abrazó de forma repentina después del apretón y palmeó con cariño mi espalda, ambas acciones me tomaron por sorpresa, pero las respondí positivamente.
Nos hallábamos en la entrada del gran edificio. Si tenía que ser honesto, no me había dado cuenta de que había pasado justo por al lado suyo. De por sí me consideraba una persona distraída, pero si estaba apurado, era un distraído al cubo.
—Es muy bueno verte, Daniel. —aún tenía una sonrisa en su rostro.
Kim Sanghwa no solo parecía un hombre amable, sino que también lo era.
Seguramente Primadonna tenía un ambiente mucho más positivo con él a cargo.
—¿No quieres ir por un café? Me he saltado el desayuno porque extraño mucho la cafetería del edificio. A mi hija no le gusta para nada, así que siempre está pidiéndose algo de Starbucks. —rio leve— Aunque me imagino que ya has desayunado, ¿verdad?
Ni que lo diga, cada dos horas está pidiendo un café.
Sonreí ante aquel ofrecimiento, la realidad era que estaba llegando tarde, pero tampoco había desayunado.
—Lo aprecio mucho, pero Jennie se enojará si llego tarde y estará en su derecho regañarme.
Era el padre de mi jefa, después de todo y considerando la posición en la que nos encontrábamos ella y yo...no sabía si podía arriesgarme.
—Aigo. Tienes razón, ya es tu horario...—el señor Kim miró a su reloj de mano— Pero no te preocupes por eso, podemos explicarle a Jennie luego. Tengo la sensación de que ustedes dos son cercanos y se llevan muy bien, ¿te ha mostrado la cafetería del último piso?
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soft side ‹ jennie | male reader
Fanfic⸺𝗝𝗘𝗡𝗡𝗜𝗘 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖. Hay dos cosas a las que Park Daniel les tiene terror en la vida: las deudas y los insectos. No obstante, cuando comienza a trabajar en Primadonna, aparece una nueva cosa en su lista: ser despedido sin haber pasado el per...