#05 : Ética

384 42 2
                                    

DANIEL

Alrededor de las cinco de la tarde, Jisun me comunicó en un tono discreto que Jennie quería verme en su oficina.

Me dirigí hacia la misma y después de golpear la puerta, ingresé.

Aunque ella tenía mi número y yo tenía el suyo, no habíamos dialogado en toda la semana. Era tan extremo lo poco que nos soportábamos, que ni siquiera nos dirigíamos la mirada fuera de su oficina.

—Solo te he citado aquí para hacerte una pregunta. Han pasado cuatro días, te has ido a horario y tengo una nueva asistente que ha durado más de cuarenta y ocho horas.

Yo asentí ante lo que ella iba diciendo.

—Me he aguantado no echarla, a pesar de que es bastante torpe y no es tan atenta ni rápida como tú. —esas palabras lograron generarme un sentimiento extraño ¿Me estaba halagando, acaso? — Le pedí mi café habitual y me trajo un jugo de frutos rojos acompañado de una barra de cereal porque ''es delicioso'' y porque según ella, ya era demasiado café para un día. —soltó fastidiosa— Y sí, era delicioso, pero no era mi orden. —se cruzó de brazos.

—Lo hizo por pura preocupación, no deberías reaccionar así.

—Lo hizo porque es una incompetente. Cuando tu jefe te ordena que hagas las cosas de tal manera, te callas y las haces.

—Vaya, tu empatía de en serio está extinta.

Jennie me dio la espalda y mantuvo su mirada en el paisaje exterior que era dominado por puntas de edificios.

—¿Ya borraste el audio?

—No.

—¿Y por qué no? —volvió a mirarme— No entiendo por qué, ya cumplí con lo que querías. No te voy a despedir porque ya sabes que no puedo hacerlo, entonces, no sé qué es lo que más quieres. Haces esto porque me odias, ¿verdad? No hay otra explicación lógica.

—Bueno, ¿tú no me odias también? ¿No me odiabas incluso antes de esto? Me tratabas de forma irrespetuosa, así que no entiendo de qué te estás quejando.

—Solo quiero que lo borres.

—No, no lo haré. No ahora, pero te prometo hacerlo en dos meses, cuando termine mi período de prueba. —bajé la mirada— Y quiero que te vuelvas mejor persona, no porque hayas sido grosera conmigo, sino porque no quiero que lastimes a más gente.

—¿Qué?

—¿Por qué no puedes ser más amable con todos? Incluso ahora, sabiendo que podría manchar tu carrera en unos pocos minutos, actúas de forma hostil. No es como si fuera lastimarte intentar ser mejor.

—Tú ni siquiera me conoces. No sabes por qué actúo como actúo, por qué hago las cosas que hago, así que cierra la boca antes de hablar de algo que no tienes idea. —me fulminó— Además, no comprendo cómo puedes ser tan hipócrita. Tú me estás chantajeando, ¿eso te hace mejor persona que yo?

Elevé un poco mis cejas, ciertamente me tomó por sorpresa.

—No te lo dije, pero le pregunté de ti a mi padre y me he enterado algunas cosas sobre tu vida personal. —acortó la distancia entre nuestros cuerpos, dejando menos de diez centímetros entre ellos— Naciste en una granja de un pueblo pequeño y al poco tiempo, tus padres se mudaron a Seúl. —acercó sus manos a mi corbata y me la acomodó un poco— Eras actor infantil y quisiste perseguir ese sueño, pero por alguna razón, lo dejaste y comenzaste a estudiar recursos humanos. Tus padres estaban muy felices con esa decisión, ya que según lo que me dijo mi padre, ellos tenían miedo de que terminaras viviendo una vida poco estable.

Tragué saliva y sentí como la rigidez aprisionó a algunos de mis músculos.

Como era de esperar, estaba aplicando la crueldad.

Y lo peor de todo era que, a pesar de faltar parte de la historia, lo que había dicho de mis padres, no era mentira en absoluto.

—También dijo que tu padre estaba preocupado porque no tenías experiencia laboral que fuera del todo compatible con este trabajo. Fue entonces cuando el mío decidió darte este puesto y tener una entrevista contigo. Ya te había visto un par de veces y sabía que eras un muchacho amable y de buenos modales. No ibas a obtener un ''no'' de su parte. —realizó una corta pausa en la que examinó mis facciones— A pesar de todo eso, estás chantajeando a la hija del tipo que te ha salvado el trasero.

Jennie logró lo que tenía planeado, hacerme sentir culpable.

Para empezar, yo sabía que nuestros padres eran muy amigos, no obstante, no recordaba tanto el origen de la amistad. Sabía que tenía que ver con una emergencia en la que mis padres ayudaron a los suyos.

—Mi padre me ama más que a nadie. —le dio un ligero tirón a mi corbata— Pero no confío en ti. Sé que me devolverás el golpe si te mando al frente. Si a ti te echan, me arruinarás la carrera sin dudarlo.

Quité sus manos de mi corbata y respiré hondo antes de emitir una respuesta.

—Tú aún no lo entiendes, ¿verdad? Que esté haciendo esta acción poco ética a una persona que no es para nada ética, no quiere decir que yo sea una mala persona. Comparado a ti, soy una muy buena persona. Tú no quieres ver tu maldad y prefieres continuar encerrándote.

—Me da igual eso, solo quiero que borres el maldito audio. No puedo soportar que lo tengas, no puedo soportar que me estés chantajeando y no puedo soportar que lo hagas justo ahora.

Dio unos cuantos pasos hacia atrás y cerró sus puños.

—No voy a cambiar como soy, no puedes forzarme a hacer tal cosa cuando ni siquiera sabes-

—Entonces dímelo.

—¿Qué?

—Dime cuál es la razón detrás de tu comportamiento.

—No lo haré, porque no te soporto. Eres alguien que no quiero ver y alguien que no me importa. Me da igual si nuestros padres son amigos del alma, no te quiero ver. Me has jodido por completo en un momento de mi vida en el cual no puedo lidiar con estos cambios, ni quiero hacerlo.

El silencio reinó por unos cortos instantes. Mi cabeza se hallaba llena de voces que hablaban una encima de la otra, algunas me decían que estaba siendo una mierda de persona, otras que estaba actuando de manera justa. No sabía a cuál creerle.

—Solo vete. Lo único que espero, es que mantengas tus palabras y lo borres en dos meses, porque me estás haciendo miserable.

Expulsé aire de mis fosas nasales, generando una especie de risa sarcástica.

Miserable.

—Qué fácil es para ti hacerte la víctima. Bien, un mes, ¿está bien? Tú me hiciste miserable un mes, así que de esa forma, sería lo más justo.

Jennie no respondió y presentía que si seguía dentro de esa oficina, comenzaría a salir humo generado por la bronca que ambos nos teníamos, por lo que me di la vuelta y abandoné la habitación.

soft side ‹ jennie | male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora