NieLanTober 2021

22. Daos

- Estás son dos espadas pertenecientes a dos antiguos guerreros – explicó la profesora, mientras miraba al grupo de alumnos que ponía atención a la clase en el museo – Como verán, una de ellas tiene una hoja casi cristalina, su empuñadura tiene detalles en plata y su color es azul – Shuoyue se mostraba suave y elegante, la hoja solo un poco maltratada por el tiempo – El otro es un sable, una espada larga y pesada, por lo que los guerreros tenían que ser más corpulentos y fuertes para sostener el arma que solo corta en una dirección – Baxia estaba allí, orgullosa e inquieta.

- ¿A quiénes pertenecían estas dos espadas? – preguntó un joven de lentes y ropa clara - ¿Se tienen registros de los guerreros?

- Sí y no – la mujer le sonrió y su voz tomó una nota melancólica, nostálgica – Solo hay rumores, leyendas sobre los dueños de estas espadas. Se dice que pertenecieron a dos amantes. Uno de ellos era como la espada, elegante y discreto, variable y flexible. El otro de ellos era como el sable, inquieto y rígido, terco y renuente – Lan Xichen sostuvo el estuche de su Xiao entre sus brazos, escuchando las palabras de la profesora Luo – Quien tenía el sable murió de una manera cruel, así que su espíritu buscó venganza por su muerte. Muchos pensaban que eran solo grandes amigos, hermanos jurados, pero se dice que el hombre de la espada de internó en las montañas frías y lloró en una cueva, muriendo de tristeza.

Nie Mingjue se acercó, prestando de repente atención a aquella historia que la sentía tan familiar.

- ¿Y por eso juntaron sus espadas? – preguntó el joven de cabello largo y rapado de un lado - ¿Para qué sus espíritus dejaran de llorar? – los demás alumnos rieron al escuchar aquellas palabras del joven más rudo del grupo.

- Sí – la maestra Qingyang le sonrió, calmando las risas – El sable siempre estaba inquieto, algunos creían que su espíritu volvía locos a los que lo tomaban, y la espada destellaba luces por su hoja, como si fueran lágrimas cayendo – Lan Xichen sentía un ligero escozor en el pecho – Los familiares de ambos construyeron un mausoleo en su honor, mientras sus espadas descansaban juntas. De ahí en adelante ninguna de las dos espadas luchó o lloró.

La maestra los guio hacia la siguiente exhibición, pero ambos jóvenes se quedaron quietos mirando al sable y la espada.

- ¿Por qué crees que sus espíritus lloraban? – preguntó Lan Xichen a su compañero, a quien apenas conocía ya que ambos eran nuevos.

- No sé – Nie Mingjue se encogió de hombros – Solo lo supe.

Lan Xichen lo miró y le sonrió, haciendo que Nie Mingjue respondiera de la misma manera.

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Luo Qingyang los miraba a lo lejos. Algunos días se arrepentía de haberse cultivado hasta la inmortalidad. Pero no ese día. No cuando Zewu-Jun y Chifeng-Zun volvían a reencontrarse cientos de años después.

- MianMian, ¿qué estás haciendo? – Lan Wangji, el antiguo Segundo Jade, daba clases junto con ella.

- ¿Ves a ese joven de allá? – señaló a Nie Mingjue, quien le mostraba a Lan Xichen cómo hacer trenzas con cuentas. Lan Wangji asintió en silencio – Es Nie Mingjue.

Lan Wangji agudizó sus sentidos hasta que pudo ver detrás de ese joven la sombra del temible líder Nie. Después dirigió su mirada al otro alumno que lo acompañaba. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

- El chico es uno de los descendientes Lan perdidos. ¿No es maravilloso que se reencuentren?

- Lo es.