24. Imperio

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NOTA: Lan Wangji es mayor que Lan Xichen como por 5 años, mientras que él y Nie Mingjue tienen la misma edad.

El reino Lan había sido invadido a causa de la traición y la envidia.

Se decía que el rey había muerto en un intento de defender al reino, mientras que el general, que era su hermano menor, había huido con el heredero menor. El mayor de los herederos Lan se había quedado a dirigir las pocas tropas que quedaban con vida. Los ciudadanos estaban temerosos, rezando a cualquier espíritu que pudiera ayudarlos a salvarlos de la tiranía de los Wen, algunos incluso lograron escapar de las tierras del reino, tratando de buscar refugio.

Pero cuando los salvajes caballos con los guerreros más fuertes del reino aliado entraron a la ciudad, supieron que estaban a salvo.

Nie Mingjue, el mismo emperador, entró liderando a sus tropas hasta acabar con cada soldado Wen. Se decía que la amistad entre los dos reinos era inquebrantable, que Nie Mingjue haría lo que fuera por el futuro rey, Lan Wangji, y aún más por el hermano menor de su gran amigo. Lan Xichen.

El ejército de Nie Mingjue terminó con la inepta rebelión de los Wen, logrando rescatar a Lan Wangji, que había recibido una gran herida en la batalla.

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Cuando Nie Mingjue entró a las habitaciones del, recién nombrado, rey de Gusu, no esperó ser recibido por un abrazo de Lan Xichen.

- Gracias – susurró el más joven, su ropa aún estaba cubierta de sangre de la pequeña contienda al escapar de los Wen – Gracias por salvar a mi hermano y a mi reino.

- Hice una promesa – dijo Nie Mingjue, devolviéndole el abrazo y, por qué no, respirando el aroma aún perceptible de Lan Xichen – Jamás los dejaría en caso de cualquier adversidad – Lan Xichen le sonrió y se alejó del emperador Nie, el rostro sonrojado - ¿Cómo está?

Lan Xichen se sintió menos solo con la compañía del emperador.

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- El reino está en deuda contigo, Mingjue – Lan Wangji estaba sentado en el trono, los gruesos vendajes aún se veían a través de su ropa – Has dicho que no quieres una recompensa o premio, pero me gustaría preguntártelo otra vez.

- Wangji, nuestra amistad es legendaria, no creas que esto ha sido por algún trato o para tener algo a cambio – las mujeres y hombres que acompañaban a sus majestades en ese banquete sonrieron – Aun así... - la sonrisa de Nie Mingjue se tornó juguetona – Tal vez la recompensa que pida haga que te reconsideres nuestra amistad.

Las risas llenaron el salón, además de una tenue sonrisa del rey Lan.

- Dímela y veré si debo retarte a un duelo con espada.

Las risas estallaron con más alegría. Escuchar al emperador seguir aquel juego era tan impresionante.

- Quiero permiso para cortejar a tu hermano menor – respondió, haciendo que todos guardaran silencio – No pido un compromiso, ni su mano – Lan Xichen miraba a su hermano mayor escondiendo su sonrisa detrás de su copa – Solo tu permiso para cortejarlo.

- ¿Si se niega me declararás la guerra?

- ¡Wangji-Ge!

Nie Mingjue soltó una carcajada al ver la reacción de quien poseía su corazón.

- Si se niega me temó que yo mismo acabaría con mi vida.

Wangji asintió con la cabeza y el banquete trascurrió sereno y feliz.

El primer regalo de cortejo para Lan Xichen llegó esa misma noche, un sable como el de Nie Mingjue, solo que su empuñadura tenía nubes grabadas en ella.

NieLanTober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora