capitulo cuarenta y ocho

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Las emociones la abrumaban a tal punto que sentía que se ahogaba en ellas, las voces en su cabeza estaban descontroladas, repitiendo una y otra vez los recuerdos y palabras de su pasado.

"Estás sucia"

"Eres una zorra"

"Te ves horrible"

—¡Déjenme en paz!. —grito en un intento de callar las cosas que pasaban por su cabeza —¡Callensen! Por favor, ya basta. —dijo rompiéndose cada vez más.

Pero por más que gritara, se tapara los oídos ellas no se callaban, se tiró al suelo rompiendo en llanto, sentía una presión en el pecho y los ojos arder de tanto llanto.

"Puedes terminar con todo de una vez"

"Pierde el control"

"Inestable"

Pero no quería dejar que esas voces ganen, por lo cual agarró el celular y marcó rápidamente a Ross, espero y espero, pero jamás atendieron el teléfono, marcó a otra persona, Jenn, pero lo mismo, nadie atendió.

"Ya no les importas"

"Hazles un favor y termina con todo"

"Nadie te extrañará"

"A nadie le importas"

Y cedió, ya no aguanto más, con la respiración agitada, el cuerpo temblando y un nudo en la garganta fue hacia el mueble donde se encontraban todos sus medicamentos.

—Antidepresivo… antidepresivo… ¡¿Dónde mierda está?!. —exclamó revolviendo todo mientras leía las etiquetas de los potes de medicamentos.

Cuando los encontró tomó uno y se lo llevó a la boca, en su mente era uno, solo uno. Se sentó en el suelo de la habitación, un dolor agudo se empezó a sentir en su estómago,pero no le dio tanta importancia, de pronto sus ojos se empezaron a cerrar, sueño, pensó, entonces cerró los ojos.

 Se sentó en el suelo de la habitación, un dolor agudo se empezó a sentir en su estómago,pero no le dio tanta importancia, de pronto sus ojos se empezaron a cerrar, sueño, pensó, entonces cerró los ojos

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Mientras tanto Jennifer Brown, salía del baño recién bañada, Mack, su novia, se encontraba leyendo un libro en la cama.

—Hey, cariño, tu celular estaba sonando, no quise ver porque es tu privacidad, pero parecía muy insistente. —dijo la azabache cerrando el libro.

—Déjame ver. —agarró el celular y vio el nombre extrañada.

—¿Quién era?. —preguntó su novia mientras se levantaba de la cama e iba a cambiarse la ropa.

—Es Lyra, que extraño. —dijo dejando el celular y empezando a cambiarse rápido.

—¿No estaba enojada contigo?. —preguntó la azabache mientras se ponía sus zapatillas.

—Aja, quizás quiera disculparse, le devolveré la llamada cuando termine. —respondió mientras se ponía una remera.

Cuando la azabache estaba por hablar su celular sonó mostrando el nombre de "Liam" en él, extrañada, pues no habían hablado desde la pelea que habían tenido.

𝐏𝐈𝐒𝐓𝐀𝐍𝐓𝐇𝐑𝐎𝐏𝐇𝐎𝐁𝐈𝐀 ; 𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐑𝐨𝐬𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora