capitulo cuatro

2.9K 286 44
                                    

Miraba todo con desinterés, nada llamaba mí atención, todo era tiendas de ropa, hasta que pase por una biblioteca pública—eso sí es de mí interés—camine hasta ella y entre, el olor a libros y café se coló por mis fosas nasales dándome una sensación de calidez en el pecho.

Camine hasta el sector de fantasía y empecé a mirar cada uno de ellos hasta que llegue a él, fue como si me llamará, lo tomé entre mis manos admirando la hermosa portada, sintiendo su suave textura, su olor a nuevo, ese era el correcto.

Vi unas mesas apartadas en el fondo del lugar, no había nadie cerca así que fui hacia allí, me senté en un sillón individual y abrí el libro para alejarme un poco de la realidad que me rodeaba, embriagandome con con escenarios ficticios que me llegaban a la mente en las escenas más fantasiosas, saciando mí imaginación con ellas.

—¿Fantasía?, Qué básica. —una voz me saca de mí lectura.

Al alzar la vista una chico de pelo negro despeinado y ojos marrones, me mira esperando una respuesta o algún comentario de mí parte, a lo que hice lo que mejor se me daba, ignorarlo.

Seguí con mí lectura como si nada, cosa que al parecer le molestó porque se sentó frente a mí y volvió a abrir la boca.

—¿No te da pereza que muera la protagonista a lo último?. —pregunto spoileando todo el final del libro que leía.

Lo cerré de forma lenta sobre mis manos, mí cara seguía inexpresiva, como de costumbre, me levanté sin decir una palabra al respecto, hasta pasar por su lado, vi en sus manos el libro con el nombre "Boulevard" en ella.

—Alerta spoiler, Luke también muere, idiota. —dije antes de ir a regresar el libro donde lo había sacado.

Salí del lugar encontrándome con el cielo oscuro, una sensación bastante conocida recorrió todo mí cuerpo, miedo, el miedo de andar sola bajo lo oscuro de la noche hasta la residencia, el miedo de que algo podría pasarme y el miedo ese que tengo desde lo que pasó.

No pude siquiera dar un paso cuando sentía que el mundo podría caerse, saqué el móvil de mí bolsillo y marqué a la única persona en la que confío plenamente.

—Lyra, ¿Ha pasado algo?, ¿Estás bien?, ¿Dónde estás?. —me bombardeó de preguntas ni apenas descolgó la llamada.

—¿Puedes venir por mí?, Tengo miedo. —admití en un susurró abrazándome a mí misma con una mano.

—Dime dónde estás, voy enseguida. —se escuchaba ruido de fondo y la voz masculina de alguien preguntando si iba todo bien conmigo.

—En la biblioteca a unas cuadras de la residencia. —respondí ignorando a la persona que estaba al lado mío.

—Espérame dentro, estoy saliendo a buscarte. —dijo con voz preocupada, se escuchaba el ruido de dos sillas moviéndose.

—Está bien. —conteste antes de cortar la llamada.

Suspiré con la mirada al piso, no me gustaba la sensación de depender tanto de Jenn, ni el miedo que me daba el salir sola por las noches o el pánico que me daba al ver a alguien cerca.

—¿Quieres compañía?. —preguntó la persona a mí lado, el mismo chico de hace un rato estaba junto a mí.

No respondí, me alejé de él para entrar a la biblioteca, aunque sentía sus pasos siguiéndome, lo que me puso nerviosa e incómoda.

—Soy Liam. —dijo poniéndose frente a mí, caminando de espaldas con la mano en los bolsillos delanteros de su pantalón.

Seguí ignorándolo, pero si algo aprendí de los idiotas es que por más que lo hagas siguen intentando llamar tu atención.

—Vi que no hablas mucho, no pasa nada, a mí me encanta hablar y que me escuchen. —continuó hablando como si me interesara lo que dice.

—No me importa, solo aléjate de mí, estoy segura que habrá otra persona le interesa lo que dices, a mí no. —le corte el rollo de mala gana.

—Solo intento ser amable, para que no te quedes sola. —recrimino con enojó hacia mí, elevando un poco la voz.

¿Acaso es bipolar o algo así? Lo veo incrédula por su cambio de actitud y el parece notarlo por lo que suspira antes de volver a hablar.

—Lo siento, no debí hablarte así. —dice luego de un rato.

—Mira, no te conozco de nada, no pretendo conocerte tampoco, solo quiero estar sola. —intento ser amable, aunque ese no es mí fuerte.

—Te pareces a Sue. —dice luego de un rato, yo fruncí el ceño, ¿Será la misma que yo pienso?.

Suspiro cuando vuelve a hablar, no le prestó atención hasta que veo como por la puerta entra mí melliza alterada, al verme corre hacia mí y me abraza, me mira si estoy bien y  luego mira al chico que está detrás nuestro con desconfianza.

—¿Te ha hecho algo?. —pregunta sin dejar de ver al chico.

—No, que va, hasta parece buen chico, solo que habla mucho, ¿Qué hace el chico aquí?. —miro hacia la puerta donde el castaño claro nos mira.

—Ross me ha traído en su auto, vamos, nos va a llevar. —dice agarrándome del brazo.

Me dejó arrastrar por Jennifer, hasta llegar al castaño, el no dice nada y nos abre la puerta para salir, me subo a la parte trasera del auto y abroche mí cinturón aunque solo sean unas pocas cuadras.

—¿Quién era el chico?. —pregunta desde el asiento de copiloto, Jenn.

—Ni puta idea, se llama Liam. —me encoje de hombros.

—Parece un idiota. —opina en voz alta Ross, desde el asiento del conductor.

No digo nada, me quedo en silencio y miró a la ventana del coche, pienso en que hoy ha sido la primera vez en años que habló con dos personas que no sean Jenn o Owen, o incluso ni abuela.

—Hemos llegado. —dice Ross estacionando el auto.

Emito un casi inaudible "gracias" antes de bajar, no se si me ha logrado escuchar o no, igual no me importa.

Emito un casi inaudible "gracias" antes de bajar, no se si me ha logrado escuchar o no, igual no me importa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐏𝐈𝐒𝐓𝐀𝐍𝐓𝐇𝐑𝐎𝐏𝐇𝐎𝐁𝐈𝐀 ; 𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐑𝐨𝐬𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora