capitulo cuarenta

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Me encontraba acostada en la camilla con la vista en el techo, Jenn se encontraba fuera de la habitación discutiendo con mamá, sabía que era por mí culpa, debía de estar dándole un discurso que ni los santos quisieran escuchar.

—Hola, ¿Puedo pasar? —Eso me quitó de mí ensoñación.

—Hola… —hable viendo al chico que me quitaba la respiración —Claro, entra…

—¿Cómo te encuentras? —pregunto entrando a la habitación.

—Bien o eso dicen los médicos, estaba deshidratada y eso hizo que mí cuerpo reaccionara mal a la comida luego de dos días sin beber o comer algo. —explique con temor a su reacción, no nos veíamos desde el beso y prefería ignorarlo.

—Jenn me dijo algo de eso. —dijo mordiéndose el labio, estaba aguantando las ganas de decir algo, lo conozco bien.

Quedamos en un silencio incómodo, sentía que solo se escuchaba el goteo del suero y el viento chocando contra las ramas del árbol de afuera.

—Sue dice que mí beso fue tan malo que te mando al hospital. —dijo haciendo que me ría un poco.

—Tu beso no fue tan malo. —bromeé para aligerar el ambiente.

—¿Entonces fue un poco malo? —pregunto arrugando la nariz.

—Jack, solo di tres besos en mí vida, uno ni siquiera cuenta, el otro fue… no importa y el tuyo fue el mejor beso que me dieron. —me sincere un poco.

—¿Entonces por qué me ignoras? —ya no aguanto más y soltó la pregunta que se estaba guardando.

—Porque me da miedo lo que me haces sentir y no quiero lastimarte, pero tampoco quiero que me lastimes, así que me protejo, y te protejo a ti. —hable sinceramente.

—No te voy a lastimar, no sería capaz de hacerte algún mal…

—¿Cómo puedes garantizarlo? —interrumpi

—¿Por qué eres tan desconfiada? —pregunto con dolor en sus ojos.

—Porque una vez confíe en alguien y mira como estoy, tengo depresión, ansiedad, traumas, ni quiera puedo confiar en mí misma. —hable con la voz rota y un nudo en la garganta.

—Lyra…

—Quiero que te vayas, Ross. —hable viendo hacia otro lado.

—Lyra, yo lo siento…

—¡Que te vayas mierda! —grité viéndolo a los ojos los cuales me vieron con dolor antes de irse de la habitación.

Una vez la puerta se cerró rompí en llanto sacando todo el dolor que te iba hace días conmigo, ese dolor que me acompaña hace años y no puede soltarse de mí jamás.

Me desperté cuando unas voces se hicieron presente en la habitación, creo que era de Jenn diciendo que me encontraba descansando no lo sé, solo sé que sentí un pequeño peso en mí estómago y unos brazos rodeándome

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Me desperté cuando unas voces se hicieron presente en la habitación, creo que era de Jenn diciendo que me encontraba descansando no lo sé, solo sé que sentí un pequeño peso en mí estómago y unos brazos rodeándome. Poco a poco abrí los ojos encontrándome con la figura pequeña de Luisa, sacándome una sonrisa genuina por primera vez en la tarde.

—Hey, pequeña. —hable con voz ronca abrazándola con el brazo derecho.

—¡Lyra!, Cuando Mack le dijo a mí madrina que estábas en el hospital le dije si podía traerme, porque estaba muy preocupada, pero…

—Okey, okey, tranquila pequeña, respira y ve despacio. —la tranquilice un poco

—Lo siento, solo que te extrañe. —dijo abrazándome nuevamente.

—Yo también pequeña.

—Lo siento, es que estaba muy preocupada y ella quería venir. —hablo Mack.

—Está bien, no me molesta. —dije sonriéndole.

Estábamos por salir del hospital, por alguna razón Jenn estaba tranquila con respecto a la cuenta del hospital, mientras yo estaba pensando que iba a gastar todo lo que he estado ahorrando en el año

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Estábamos por salir del hospital, por alguna razón Jenn estaba tranquila con respecto a la cuenta del hospital, mientras yo estaba pensando que iba a gastar todo lo que he estado ahorrando en el año.

—¿Cuánto sería la cuenta? —preguntó mientras acomodo a la niña que está aupa mío.

—No se preocupe por eso señorita Brown, el chico que la vino a visitar hoy pagó todo en la tarde. —dijo la señora detrás del escritorio.

—¿Qué? —fue lo único que pude formular.

—Si, eso, el joven Ross ha pagado todo en la tarde, puede irse tranquila. —sonrió como si en realidad pudiera irme tranquila.

Obviamente no estaba tranquila, Jack había pagado todo, y yo lo trate como mierda hoy por la tarde, y ahora no solo tenía que pagar el alquiler con Liam, si no que pagarle la cuenta del hospital a Jack, porque no iba a dejar que me pague todo como si fuera una mantenida.

—¿Vamos? Liam está afuera con el auto. —habló Mack, cortando la tensión.

Di un respiro antes de responder:

—Vamos, Luisa se quedó dormida y empezó a pesar. —dije saliendo del hospital.

𝐏𝐈𝐒𝐓𝐀𝐍𝐓𝐇𝐑𝐎𝐏𝐇𝐎𝐁𝐈𝐀 ; 𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐑𝐨𝐬𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora