capitulo treinta y tres

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Las risas eran evidentes entre nosotros tres, quizás mañana no despertaremos por ensuciar tanto la cocina, pero este momento sin dudas era uno de los mejores de mí vida.

—No no no, aléjate. —dije caminando hacia atrás viéndolo.

—¿Qué?. —se hizo el desentendido sonriendo angelical.

—Jack, no, no. —repetí nuevamente y luego sentí el polvo caer sobre mí, acompañado de las risas de Jack y Luisa.

—Oh no. —dijo la niña viendo que agarre un puñado de harina.

—Lyra, llegas a …

Sus palabras fueron interrumpidas por la harina cayendo en su cara y entrando a su boca, estalle de risa al verlo, mí risa siguió acompañada de la de Luisa, hasta que sentí la harina en mí pelo, me gire lentamente viendo a la niña quien abrió los ojos grandes y miró a Jack.

—Pequeña traidora. —dije agarrando un poco de harina y arrojándola en su cabello.

—¡Ross, ayuda!. —grito corriendo hacia él.

Cuando me di cuenta eran dos contra mí en una guerra de harina, hasta que le entró harina en el ojo a Jack y estaba actuando como si se le cayera el ojo.

—Pero quédate quieto, Jack. —dije intentando agarrar su cara para ver su ojo

—¡Me quedaré ciego! —lloriqueo haciéndome reír por su dramatismo —No te rías de mí, jamás volveré a verte, Lyra, no quiero que mí último recuerdo de tu imagen seas tú llena de harina, el pelo blanco te queda pero me gusta tu cabello castaño y …

Se calló él mismo al sentir mis manos en sus mejillas y abrió el ojo que no le entró harina.

—¿Q-qué hacés?. —preguntó tartamudeando un poco al inicio

—Veo si tu ojo está bien. —dije abriendo un poco su ojo y quitando la harina cercana al área

Tenía el ojo rojo pero estaba bien, era obvio que no se le iba a salir o a quedar ciego. Junte mis labios y sople su ojo un poco, luego me aleje de él, quien parecía en alguna clase de trance, su mirada variaba entre mis ojos y mis labios, haciéndome sentir nerviosa.

—¿Le sacarán el ojo?. —preguntó la niña viendo a Jack.

Me aclaré la garganta, separándome de Ross y mire a la niña con una sonrisa.

—No, tranquila, Jack es un drama king. —hable hacia la niña

—Lo siento por preocuparme por si iba a quedarme sin un ojo. —ironizó el castaño frente a mí.

—No te ibas a quedar sin un ojo, solo te entro un poco de harina. —repliqué rodando los ojos.

—Si quedaba ciego sería tu culpa. —hablo haciendo que me lleve una mano al pecho.

—¡¿Mí culpa, qué hice yo?! —exclamé ofendida por su acusación.

—Tú me habías tirado la harina en la cara. —respondió obvio.

—Tú empezaste, no puedes esperar a que yo no responda a tu ataque. —me defendí con la verdad, él había empezado a tirar harina

—No peleen, fuimos todos. —interrumpió la niña.

—Limpiemos antes que Sue vea esto. —dije agarrando la escoba.

—Creo que iré a fijarme la pizza al horno. —intentó escaparse el castaño.

—No te salvas, Jack, ten. —dije pasándole un repasador para que limpie la mesada.

—Ahg. —se quejó empezando a limpiar.

—¿Yo que hago?. —preguntó la niña viéndome hacia mi.

—Tu tienes la pala para recoger la harina del suelo. —dije pasándole el objeto.

Teníamos suerte que Luisa se había olvidado un conjunto de ropa en la habitación de Jack, porque sino no podríamos llevarla a su casa llena de harina, la había ayudado un poco a bañarla, pero no quería tocarla, así que lo hizo todo ella sola, yo s...

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Teníamos suerte que Luisa se había olvidado un conjunto de ropa en la habitación de Jack, porque sino no podríamos llevarla a su casa llena de harina, la había ayudado un poco a bañarla, pero no quería tocarla, así que lo hizo todo ella sola, yo solo ayude con su cabello, ahora se había cambiado de ropa y la estaba peinando.

—Y listo. —avise terminando la última trenza de su cabeza.

—¿Me veo linda?. —pregunto viéndose en el espejo.

—Eres hermosa. —la halague con sinceridad.

—Tu eres hermosa, Lyra. —dijo sonrojada haciendo sonreír.

—¿Se puede pasar ya?. —preguntó Jack del otro lado de la puerta.

—Ya puedes pasar. —respondí viendo a la niña viéndose en el espejo.

Jack entró a la habitación recién duchado, su cabello castaño caía despeinado y mojado sobre su frente, sentí que se me cortó la respiración por un momento y luego corrí la mirada rápidamente hacia otra parte de la habitación.

—Iré a ver si Jenn tiene algo de mí ropa todavía. —dije escapando de la habitación.

Agarre una remera mangas largas de las de Jennifer y una remera mangas cortas de las que yo le regalé a ella y un jean suelto, le mandé mensaje avisando que le agarre su ropa y fui directo al baño para ducharme. Me duche y cambié rápido, el cabello fue en lo que más tarde en limpiar y con lo que más batalle.

—¿Alguno vio mí anillo de serpiente?  —pregunte llegando a la sala

—Lo tiene Ross. —respondió la niña comiendo su helado feliz

—¿Me lo devuelves?  —pedí sentándome al lado de Luisa dejándola en el medio.

—¿Qué ganó a cambio?. —pregunto sacando el anillo de su bolsillo.

—Nada, el anillo es mío. —respondí intentando agarrarlo pero él movió la mano.

—Quizás…  ¿Una cita?. —habló pensativo.

—¿Qué gano yo en una cita contigo? —cuestione viéndolo con las cejas alzadas.

—Salir conmigo, obviamente. —respondió con tono egocéntrico, haciéndome rodar los ojos.

—¿Se supone que eso es bueno? —pregunte bajándole los humos.

—Solo una cita, te prometo que no te arrepentirás. —pidió nuevamente insistente.

¿Qué este chico no tiene dignidad?.

—Está bien, ahora devuélveme el anillo. —acepté estirando la mano hacia él.

—No te lo daré, es mí seguro por ahora, te lo devolveré después de nuestra cita. —sonrió satisfecho.

—¿Quieren helado?. —preguntó la niña con una sonrisa.

—Yo nunca digo que no al helado. —respondi agarrando un poco de helado con la cuchara que me ofreció la pequeña.

𝐏𝐈𝐒𝐓𝐀𝐍𝐓𝐇𝐑𝐎𝐏𝐇𝐎𝐁𝐈𝐀 ; 𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐑𝐨𝐬𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora