chapter forteen

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🎨 ˚ CAPÍTULO CATORCE ˚.*ೃ
bloque depresivo
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Ya había pasado una semana desde la conversación entre la tríada compuesta por John, Frederick y Roger; éste último no podía estar más deprimido

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Ya había pasado una semana desde la conversación entre la tríada compuesta por John, Frederick y Roger; éste último no podía estar más deprimido.

Había dejado su trabajo botado -el cual consistía en administrar el dinero del negocio familiar-, ya no tenía ganas de comer y se había encerrado en su casa. Rami, el mayordomo que necesitaba mejoras salariales, dejó su huelga y por empatía y fidelidad reanudó su laburo. Dejaba tres raciones de comida al día fuera de la puerta de la habitación del Marqués, pero éste ni siquiera se dignaba a abrir y comer, no hacía nada. Eso comenzó a preocupar al moreno, quien sólo atinó a enviarle una carta a el Duque de Orleans y al Conde May.

El pobre mayordomo ya no sabía qué hacer para que Lord Taylor viera la luz del sol y sólo por respeto a la privacidad del ojiazul no había querido abrir la puerta.

"Les juro que estoy desesperado. Por favor, si fuera tan amable de venir se lo agradecería con toda mi alma. Lord Taylor lo necesita", había escrito Rami en ambas cartas que había enviado.

—¿Lord Taylor? —el mayordomo tocó la puerta tres veces y puso su oído cerca de ésta, tratando de oír algún mísero ruido que hiciera su jefe— ¿Necesita algo?

—¡Que te vayas! —gritó el rubio acostado en su cama mientras miraba el techo de su habitación.

Rami suspiró y puso los ojos en blanco.

—Le dejaré su almuerzo en el suelo, mi Lord —anunció sin esperar respuesta. Así que sacudió su ropa y se marchó con dirección a la cocina.

Tal vez un poco de té podría calmarlo.

Roger hizo un quejido, más tirado para berrinche y se dedicó a seguir mirando el techo.

Había pasado su semana exactamente, con un pijama rayado, una bata de seda, acostado en su cama sin hacer nada. Su cabello rubio estaba opaco y sucio, olía bueno, como buen francés de barrio bajo y estaba más delgado que de costumbre.

Las cortinas de su habitación habían permanecido cerradas, por lo cual hasta más pálido estaba.

No tenía ganas de salir, no tenía ganas de comer, no tenía ganas de ver a nadie, básicamente, no quería nada.

Desde que habló con John sus ánimos se habían ido al suelo.

Le dolía el pecho de una manera inigualable, pues se había pasado la semana martirizadose con las distintas respuestas que le podía dar el Conde ante su declaración y en todas las realidades el final era trágico.

Luego de imaginar alguna posibilidad terminaba sollozando.

Lo amaba, lo amaba de una manera que no había pensado nunca. Y le dolía, le dolía imaginar un futuro donde éste le odiara por lo que le hizo.

lady taylor ♡ maylor ❜ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora