chapter twenty four

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🎨 ˚ CAPÍTULO VEINTICUATRO˚.*ೃ
despidos amargos
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El día había llegado más rápido de lo esperado y a pesar de que Roger le había rogado al cielo que el tiempo se detuviera por un segundo, pareció no ser escuchado

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El día había llegado más rápido de lo esperado y a pesar de que Roger le había rogado al cielo que el tiempo se detuviera por un segundo, pareció no ser escuchado. Ahora estaba en la playa de Normandía esperando que un pedazo de su corazón se fuera a la isla británica.

Después de cinco largos y agonizantes días estaba ahí, esperando que Lord May se subiera a un barco con rumbo a Inglaterra, rumbo a una nueva vida, rumbo a una nueva etapa de su historia... Lejos de él.

Junto a su persona —a su izquierda, para ser más específicos— se encontraba Lady Dobson, quien sólo lo miraba de vez en cuando un tanto incómoda, mas cuando hacían contacto visual ésta le sonreía. A su diestra, el Duque Mercury estaba jugando con sus manos detrás de la espalda un tanto nervioso, pues era la primera vez en semanas que vería al rizado.

Detrás de la tríada, John Deacon observaba a la dupla de hombres con un poco de lástima.

No había conocido el tiempo suficiente a Brian como para tomarle el cariño suficiente, pero aun así estaba parado ahí en la playa Francesa; después de todo había compartido con él. Lo mejor que podía hacer era despedirse del Conde, desearle lo mejor y estar ahí para darle apoyo moral a sus dos amigos.

Roger por su parte no estaba nervioso, tampoco deprimido, pero si decaído. Había tenido cinco días para prepararse mentalmente para la ida del hombre al que aún consideraba el amor de su vida, así que a pesar de no querer que se marchara, estaba feliz por Lord May y su decisión. Estaba aceptando que su destino tal vez no era estar juntos.

De todos modos, las vueltas que da la vida suelen ser misteriosas. Como si las cosas fijas no existieran.

Aunque en esos momentos, el Marqués Taylor dudaba mucho en una vuelta positiva en su vida. Últimamente todo lo que le pasaba no terminaba bien, mas ya no le importaba. Trataba de maneterse felizmente resignado.

¿Funcionaba? Poco y nada, pero le servía al menos para no llorar todas las noches en medio de sus crisis existenciales.

Mientras el rubio se dedicaba a mirar el mar, ido en sus pensamientos, tres personas caminaban incómodos sobre la arena. Se quejaban de que tenían algo en el calzado y hacían muecas extrañas cuando el viento hacía de las suyas sobre su ropa y cabello.

El Duque Blanco de Cambridge, tan elegante como siempre, saludó a las cuatro personas que yacían en el lugar con una hermosa sonrisa. No se complicaba por tener su poco equipaje en la mano. Siguió caminando de largo hasta llegar a la orilla de la playa, donde increíblemente tapado por una ligera neblina, estaba un pequeño barco.

Por otro lado, Joseph Mazzello, mayordomo del Conde May, prácticamente corría por la playa de Normandía con total emoción detrás de Siegneur Poilu. Porque sí, Brian lo llevaría con él.

lady taylor ♡ maylor ❜ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora