chapter twelve

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🎨 ˚ CAPÍTULO DOCE ˚.*ೃ
el inicio
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—¿Lady Taylor? —el rubio se removió en la blanda cama— Lord May dice que el desayuno está servido y que, si gusta, puede hacerle compañía

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—¿Lady Taylor? —el rubio se removió en la blanda cama— Lord May dice que el desayuno está servido y que, si gusta, puede hacerle compañía.

El Marqués hizo un sonido ahogado y comenzó a estirarse.

—Ya voy —respondió un tanto ronco.

Joseph, el joven mayordomo que tenía la misión de despertar a la delicada Lady Taylor, frunció el ceño ante lo que escuchó.

—¿Se encuentra bien mi Lady? —preguntó parado desde donde estaba— Su voz se escucha... Ronca... Muy ronca.

El rubio, en su poca lucidez, se maldijo internamente.

—Dígale que voy en un momento —Roger agudizó la voz y se volvió a remover en la cama.

Joseph frunció el ceño— Lo que usted diga Lady Taylor.

Y dicho eso, el joven mayordomo se fue de la habitación.

¿Cómo terminó Roger durmiendo en la casa de Lord May?

Te lo cuento.

El Marqués, al ir a visitar al rizado casi de noche no pensó en cómo se devolvería a la casa de el Duque -o tal vez eso estaba en los planes de Frederick, debía preguntarle-. Por esa razón, mientras Brian estaba sentado a su lado halagándolo, le comentó con un poco de temor que no tenía como ir a su hogar.

El Conde no lo pensó dos veces y dijo: Mi dulce Lady Taylor, si mi propuesta no le incómoda y no le parece poco decorosa, en esta casa hay 3 habitaciones libres. Si gusta, puede quedarse en una de ellas esta noche, así no corre ningún riesgo de lastimarse. Ya sabe cómo están las noches en París, cada día más manifestantes que salen de noche a protestar contra nuestro Rey y Reina. No me gustaría que le pasara algo Mon Amour, ¿Le parece?

Roger no tenía nada que perder, así que simplemente aceptó la propuesta del rizado.

Por esa razón ahora estaba en una blanda cama, aunque durmiendo encima de esta, sin cobija alguna, pues ni loco se sacaba el vestido.

Tampoco es que haya podido pegar pestaña alguna, pues se quedó tieso toda la noche por dos razones: Primero, le dio miedo pensar que el Conde en el fondo fuera un pervertido que lo espiara de noche (cosa que no sucedió) y segundo, el maquillaje. Él estaba muerto si el maquillaje se corría.

Ahora que Roger lo pensaba, debió haber dormido una hora y eso.

Joseph, por esa razón, había tenido que ir a "despertar" a Lady Taylor, tocando la puerta levemente, abriéndola y hablando con una voz educada.

El Marqués suspiró e intentó levantarse.

—Estúpido vestido —murmuró entre dientes—, malditos abdominales, con corsé no se pueden hacer.

lady taylor ♡ maylor ❜ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora