chapter eighteen

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🎨 ˚ CAPÍTULO DIECIOCHO˚.*ೃ
las sospechas de lady dobson, parte dos
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Brian May podía considerarse a sí mismo como un ciego y no sólo porque tenía problemas en su visión, sino por el hecho de pasar por alto detalles que para el resto eran trascendentales

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Brian May podía considerarse a sí mismo como un ciego y no sólo porque tenía problemas en su visión, sino por el hecho de pasar por alto detalles que para el resto eran trascendentales. También se consideraba un tanto ingenuo, llegando a ser extremadamente inocente en ocasiones. Pero tener todas esas características no lo hacía un tonto. Podía tardarse un tiempo el hilar ciertas cosas, pero al final llegaba al resultado deseado y lograba deshacerse de todas sus dudas.

En menos de un mes habían ocurrido tantos sucesos en su vida que lo habían confundido o dejado totalmente extrañado que ya no se podía seguir dando el placer de dejar que su incertidumbre se quedara, el Conde May quería resolver muchas de las inquietudes que no lo dejaban tranquilo. El problema era que no sabía cómo revolver aquello, no sabía qué hacer.

En ese preciso momento se podría decir que el Conde May se encontraba con una terrible duda existencial, de esas que te persiguen día y noche poniendo pensamientos extraños en tu mente, de esas dudas que hacen que se te oprima el pecho y no puedas dormir, de esas terribles dudas que te decaen porque son más poderosa que todas las verdades conocidas; pero al menos no la estaba pasando solo. Lady Dobson era su compañía.

A pesar de que la pelirroja estuvo muy encaprichada con él, supo aceptar que el rizado no estaba interesado en ella. Le costó entender eso, pero ahora, aún sintiendo una ligera atracción por él, sólo podía verlo como un muy buen amigo, un buen amigo bastante guapo.

Ambos jóvenes se encontraban sentados en el suelo del gran salón del Conde jugando ajedrez, actividad que ambos disfrutaban, pero Brian no estaba totalmente concentrado.

—Lord May —la pelirroja movió su alfil, haciendo que el Rey ya no se pudiera mover hacia ningún lado—. Jaque Mate.

El mayor, que tenía su cabeza en la luna, Saturno o tal vez algún otro astro lejano a la tierra, sacudió ligeramente su cabeza y miró el tablero. Sí, Lady Dobson le había ganado por enésima vez en menos de 1 hora. Levantó el rostro y la miró, mas nuevamente sus pensamientos le hicieron una mala jugada y habló sin sentir que su ser estaba en ese espacio físico.

—Sí, buena jugada, mi Lady —respondió el mayor totalmente distraído— ¿Otra partida?

Lady Dobson asintió no muy convencida y observó cómo el Conde acomodaba todas las piezas en el tablero.

Sus movimientos eran lentos, imprecisos y muy torpes, algo muy impropio del esbelto rizado que se caracterizaba por la elegancia y rapidez en su forma de actuar.

—¿Hay algo que lo atormenta, Lord May? —inquirió Anita tomando la mano de su amigo para que detuviera toda su actividad.

El Conde solo la miró y pensó en negar por un momento, mas no lo hizo, necesitaba contarle a alguien qué lo perturbaba para así no reprimir sus sentimientos y explotar de la manera menos favorable.

lady taylor ♡ maylor ❜ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora