🏐Sawamura Daichi🪻

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Haikyuu!!

Título: "Lesiones y el destello del primer amor".

La enfermería estaba en completo silencio, se podía aspirar el particular olor a instrumentos esterilizados y el dolor en su boca comenzaba a exasperar al capitán del Karasuno; se sentía frustrado porque ahora se encontraba ahí y no en la cancha apoyando a sus compañeros de equipo. Cuando estaba a punto de ponerse de pie para salir corriendo pasando por alto la revisión médica; el lugar comenzó a llenarse de personas y ruido por una persona que ingresaban en camilla.

El castaño permaneció inmóvil en vista del movimiento en el interior del lugar, pero aquel ajetreo no duró más de cinco minutos y pronto se quedó solo con la persona que estaba recostada en la cama anexa. Los doctores se encontraban afuera y ese otro sujeto parecía inconsciente, así que esa podría ser la oportunidad del joven para escapar; sin embargo, cuando se disponía a levantarse de nueva cuenta para escapar, una voz interrumpió sus pensamientos de golpe.

— Tu eres el chico del Karasuno, ¿no?

Los ojos de Daichi se fijaron por primera vez en esa persona. Se trataba de una chica que tenía un uniforme de voleibol azul claro con amarillo, su cabello blanco era tan corto que se podían observar cada una de sus facciones; tenía una sonrisa en su rostro completamente rojo y sudado y sus ojos grises estaban posados fijamente en él, lo cual le provocó un escalofrío.

— ¿Disculpa?— cuestionó el otro con tono de sorpresa.

— Sí, el de Karasuno que chocó con el piso; pensé que quedaste inconsciente por tremendo golpe. ¿Cómo te sientes?

— Uhm... bien, un poco de sangre solamente.

— ¡¿Te sacaron sangre?!— exclamó entre risas poniendo algo incómodo al capitán de los cuervos—. ¡Vaya, ustedes sí saben jugar con todo!

— Perdona, pero... ¿tú cómo sabes eso?— Las risas de la albina pararon con el cuestionamiento, se sentó mejor en la camilla y aún con una sonrisa se explicó.

— Vi tu accidente mientras me traían para acá. El gimnasio de las chicas se encuentra al otro lado del lugar e irónicamente la enfermería está en éste, así que al trasladarme hicieron una parada en las canchas y vi cómo te colisionaba el mundo entero; pero, fue una gran salvada.

— Bueno, gracias, creo...— El muchacho la veía con cierta inseguridad, por una razón que no comprendía, esa joven lo ponía nervioso—. ¿Y a ti qué te pasó?

— Ah, supongo que es una fisura leve en el tendón de Aquiles, sentí el desgarre en los últimos minutos del partido, no me pude levantar— explicó con una sonrisa llena de nostalgia.

— ¿Qué fue lo que hiciste?

— Soy Líbero— soltó como si eso explicara todo—. En los últimos minutos del set que definía si ganábamos o no, me lancé a salvar un remate pero mis pies se movieron mal y cuando me hinqué para golpear hiperextendí el talón, así que caí sin nada más que hacer. Por suerte ese fue el punto que nos hizo ganar el partido.

Daichi la miraba atónito, sabía que una lesión en esa parte del cuerpo leve o no, significaba una operación segura con muchas probabilidades de dejar secuelas en la persona afectada; ella parecía muy optimista para la situación que estaba viviendo, pero lo más seguro es que no podría volver a jugar al voleibol el resto de su vida o tal vez por algún tiempo.

— Lo lamento mucho— Era lo único que se le ocurrió decir, y aún así se sintió estúpido por hacerlo.

— Quería seguir jugando— murmuró ella con dolor implícito—. Quería seguir en la cancha el mayor tiempo posible asegurándome que mi equipo sostuviera ese trofeo entre sus manos, era mi última oportunidad para llevarlas a la gloria y ahora...

El joven la miró con un sentimiento en su interior que sabía que comprendía mejor que nadie; lo más seguro es que ella también era de tercero como él, Suga y Asahi; entendía perfectamente lo que era el estar en el último torneo que tendrías en la preparatoria. Sin embargo, ella estaba en una situación más compleja que él, no podría volver a jugar por un tiempo, y solamente de esa manera fue que se sintió la persona más banal y egoísta de todo el mundo. Soltó una leve risita.

— ¡¿Por qué te estás riendo?! ¡No es gracioso!— exclamó con evidente molestia pero Daichi no podía parar.

— Lo lamento, en serio lo siento, no me reía de ti— El gesto en ella se relajó un poco—. Es que tú ahora estás en esta situación difícil y yo creía que lo peor que me pudo haber pasado es estar aquí sentado esperando un diagnóstico mientras mis compañeros se esfuerzan en el partido, me sentía tan impotente. Creo que soy la persona más egoísta del mundo.

La expresión de la joven era de evidente sorpresa, en realidad ese chico se veía buena persona, lleno de amabilidad y no había ni una pizca de ironía en sus palabras; así que pronto empezó a reír de la nada.

— Jaja, sí, seguramente eres la persona más egoísta— soltó entre risas con un sarcasmo implícito en la oración.

— Sawamura Daichi— dijo el otro extendiéndole la mano y admirando las facciones de la chica por lo bien que éstas se veían cuando ella sonreía.

— Hananomi Fuji— aceptó la mano del contrario y la apretaron con gusto.

Antes de que Daichi pudiera decir algo más para estrechar el lazo que tenían esos dos, la puerta de la enfermería se abrió de improvisto dando paso a los médicos, los cuales se encargaron de romper el ambiente especial entre ellos.

— Bien, chico, vamos a revisar esos reflejos, ¿está bien?

Mientras el capitán del Karasuno era sometido a una rápida revisión de reflejos y respuestas a estímulos para estar seguros de que no sufrió alguna especie de contusión cerebral; Fuji aprovechó ese tiempo en donde el médico bloqueaba la vista del joven para estirarse sobre la camilla y alcanzar un pedazo de hoja blanca y una pluma, garabateó unas cosas sobre esta con velocidad y a la par el hombre de bata tomaba distancia del castaño con una sonrisa.

— Parece que todo está en orden; coaguló bien tu sangre por la muela que te tiraron, así que todo está bien. Toma éste analgésico después del partido y evita las cosas duras de morder o esa encía va a llorar.

— Gracias— El joven aceptó la pastilla que el hombre le ofrecía y pronto se dio cuenta que tenía que abandonar el lugar, estaba en la posibilidad de regresar al partido; y por extraño que pareciera, una parte de él no quería hacerlo.

— Ahora usted señorita Hananomi, tenemos que sacar unas cuantas placas de ese pie.

— Claro— soltó ella y mientras el hombre se daba la vuelta para alistas unos papeles, la muchacha llamó al castaño—. Psst, Daichi— Le extendió la pequeña hoja de papel con una sonrisa—. Llámame si quieres que te enseñe a recibir sin que te saques un diente.

Una sonrisa se instaló en él era pequeña pero gran parte de su emoción se escondía en ella por lo que significaba ese pequeño gesto. El doctor tomó la camilla de la chica, la cual se había acomodado en ella sin dejar de mirarlo; ambas figuras salieron de la habitación siendo seguidas por Sawamura hasta que ellos dieron vuelta en un pasillo hacia la izquierda y se perdieron de vista. Daichi no sabía qué había sido todo eso, pero le traía una gran felicidad y en ese momento se aferró a la idea de que la volvería a ver, pronto escucharía su voz y ella saldría bien de aquella lesión.

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Sí lo sé, algo cortito pero pienso hacerle una continuación porque en serio adoro a éste capitán, es todo un amor Daichi. Además estos shots están saliendo entre mis horas libres en la universidad, y la verdad es que lo disfruto mucho.

¿De qué otro anime les gustarían los shot, o de qué personajes?

Espero estén disfrutando esta pequeña tanda de los chicos de Haikyuu!!. 

-ToManji-Duck.

One Shots Y OTRAS COSILLAS DE ANIME (PEDIDOS ABIERTOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora