One Shots Y OTRAS COSILLAS DE ANIME (PEDIDOS ABIERTOS)

🏵 Baji Keisuke 🏵

Título: Estoy para ti.

Especificaciones: Está bien sad, no quería que fuera así, pero terminó de esa manera :'v

Si contaba las veces que Baji estuvo para mí, podría fácilmente perderme durante horas en los recuerdos que su rostro podría traerme, y esta vez no era la excepción, no era la única pero...

Flashback.

— Si sigues así, un día yo misma te daré los suficientes golpes como para dejarte marcas para toda la vida Keisuke, ¿escuchaste?— Una mueca de dolor se dibujó en su rostro cuando con toda la intención del mundo apliqué fuerza de más en una cortada sobre su ceja.

— Siempre voy a decir que eres una exagerada; solo son unos cuantos moretones, nada del otro mundo— solté un bufido de molestia mientras le pasaba un cinturón para que sus dientes se aferraran a la correa.

— Dime lo mismo ahora que termine de suturar.

Odiaba verlo de esa manera, desde que tenía uso de razón, desde el día en que lo conocí, toda la vida me la había pasado curando las heridas de su cuerpo; aunque, en su defensa, yo siempre me metía en problemas fácilmente, pero lo de la Toman, era una cosa muy diferente.

Cuando era una niña fue la primera vez que lo vi, que se fijó en mí. Por una situación que me llevaba molestando desde hacía tiempo, una niña de mi mismo año, pero demasiado grande y gorda como para tener cuatro años me acosó hasta el punto en que los golpes intervinieron. Esa vez me sentí tan pequeña cuando mi ropa estaba desaliñada, mi sangre resbalaba por mis rodillas por el empujón, y como me miraba desde arriba en ese momento, sentía tanto miedo que me oriné encima; pero el apareció.

Sin importarle que fuera una niña, y que tuvieran un año de diferencia, la golpeó una sola vez, con tanta fuerza y de manera tan precisa que le tiró por el impacto; la niña lloró de la misma manera en la que muchas veces me lo había hecho a mí. Me tendió la mano y me dio un pantalón de repuesto que tenía, pero sobre todas las cosas que ocurrieron, su sonrisa fue la que calmó todo dentro de mí. Obviamente, Baji fue suspendido una semana, la niña la expulsaron porque yo no era la única víctima de sus acciones, sin embargo de esa pequeña acción nuestra amistad nació; fui a visitarlo todos los días y cuando regresó a la escuela ambos nos quedamos juntos, al parecer, él no era mejor que yo para hacer amigos.

Así crecimos, Baji se enfrentaba a toda clase de brabucón, fuera de la edad que fuera, y yo atrás de él para curar sus heridas, esa era la clase de persona que era. No alguien malo, justo y sincero, un corazón tan puro que en ocasiones me cuestionaba merecer algo así; y que a su vez no lo era, porque aunque lo deseara, él no era...

-¿En qué tanto piensas?- sus manos tomaron mi cabeza con cariño para hacerme verlo fijamente, esos hermosos ojos cafés llenos de vida.

-No... no pienso en nada, tonto- refuté para zafarme de su agarre y terminar de hacer la última puntada.

-Mientes, esa mirada solo la haces cuando tienes algo en mente.

-Tal vez solo estoy pensando en cuando vas a terminar de meterte en peleas- me paré con decisión, evitando encontrarme de nuevo con su mirada, temía que descifrara todo lo que había en mi interior.

-Oye- su mano me tomó desprevenida, pero el calor que emanaba fui capaz de sentirlo hasta la médula de cada uno de mis huesos, era hipnotizante, en más de un sentido.- Si yo me detengo, ¿Quién va a protegerte?

Sentí como mi rostro se pintó de los mil y un colores, y lo único que pude hacer es perderme en la verdad, en sus ojos y en el innegable hecho de lo que mi corazón gritaba desde mi interior, desde hace muchos años atrás.