Caminé hacia la ventana asustada cuando escuché un golpe.
-¡Jane! -me llamó cuando me asomé al jardín.
-¿Qué rayos haces aquí? ¡Son las dos de la madrugada! -me quejé, tallándome los ojos para despertar.
-¿Puedes venir? Es... una emergencia -sonrió inocente. Bufé antes de bajar las escaleras y salir al jardín.
-¿Qué quieres? -espeté acercándome a él.
-Tengo algo que decirte -susurró antes de rodear mi cuerpo con sus brazos para cubrirme del frío.