Me encontraba en un lugar oscuro. No veía nada, pero estaba segura de que Cara estaba allí. Comencé a gritar su nombre.
-Jane. Jane, tranquila. Es sólo una pesadilla -murmuró intentando calmarme.
Una pesadilla. Ya había pasado más de un año y su recuerdo aún me perseguía. La culpa, el miedo, su muerte... no me dejaban sola ningún momento.
-Ya, lo lamento -dije, intentando regular mi respiración.
-Está bien, intenta dormir.
-Claro -susurré, las lágrimas aproximándose. -La extraño, Thomas -dije, dejándome romper una vez más.
-Lo sé, Jane. Lo sé. Yo también la extraño -murmuró, me rodeo con un brazo y colocó mi cabeza en su pecho. -Intenta dormir, princesa.