Parpadeé varias veces, intentando acostumbrarme a la luz.
-Buenos días, bella durmiente -dijo con una sonrisa de lado. No llevaba camiseta y sus ojos verdes brillaban con los rayos de sol que entraban por la ventana.
-Hola -sonreí dejando un corto beso en sus labios.
-¿Jane? -susurró cuando me separé.
-¿Sí?
-Hay pasta dental y cepillo de dientes en el baño -dijo, sonriendo inocentemente. Lo observé por unos segundos, lucía asustado. Me eché reír y él se me unió. -No bromeaba, tu aliento apesta.