Me estremecí al escuchar los pasos cada vez más cerca.
-¿Thomas? ¿Eres tú? -susurré cuando sentí a alguien acercarse a mi en el oscuro pasillo.
-¡Bu! -se apareció de repente frente a mí, haciéndome soltar un grito espeluznante.
-¡Idiota! ¡Me asustaste! -chillé, golpeando su pecho.
-Lo lamento, sólo quería hacerte una broma -dijo.
-Wow, pues lo lograste. Déjame sola -espeté frustrada, alejándome de él.
-Hey, escucha -me jaló del brazo haciéndome mirarlo a los ojos. -Nunca te dejaré sola, ¿entiendes?