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    LOCO

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Conner Rush apenas recordaba su infancia. Tenía algún que otro recuerdo momentáneo; como la primera vez que montó una bicicleta a los seis años, la sonrisa en los labios rosados de su madre lograron mantener al recuerdo vivo en lo profundo de su mente, entre los tantos otros que vivían ahí. Sin embargo, si alguien le preguntaba cómo había sido su primer día de clases o su cumpleaños número cuatro, sólo podía responder que no lo sabía. No recordaba nada de las horas que pasaba en casa al cuidado de su padre cuando su madre no estaba. No recordaba las noches interminables en las que cuando despertaba a la mañana siguiente descubría nuevas marcas moradas y rojizas en los brazos. Su madre había dicho que pasaría, pero se equivocó.

Porque cuando creció las pérdidas de conocimiento y recuerdos borrosos solo aumentaron. Los problemas lo persiguieron desde la adolescencia y unas voces en su cabeza comenzaron a torturarlo. Pasó el resto de los años con temor a pestañear y dejar de ser él mismo, con el miedo de perderse en la oscuridad de su memoria y quedarse atrapado de por vida. Incluso cuando comprendió qué ocurría y recibió tratamiento, nunca existió una cura. Incluso ahora...

Tenía un problema. Lo sabía.

Podía confirmarlo con los ojos que le parecieron atrayentes unas horas atrás mientras estaba encerrado en un vagón que ahora lo miraban atentamente, pero no era una mirada cálida ni curiosa, sino una atemorizante, inspeccionadora y en cierta forma de advertencia. Conner no apartó los ojos de los de Daryl, convencido de que había hecho algo malo, pero no podía recordarlo.

Un segundo estaba temblando, arrodillado y amordazado frente a un par de sujetos que se creían carniceros y que degollaron a una fila de hombres por delante de él sin pudor. Y al otro, bueno, ahí estaba, mirando una enternecedora escena de un padre reencontrándose con su bebé. Libre... estaba libre y no entendía cómo sucedió.

ㅡ No se si sigue ardiendo. ㅡ comentó alguien, mientras la reta de miradas entre Daryl y él se mantenía estable, un empate.

ㅡ Lo hace. ㅡ se oyó la respuesta de Carol.

Bang, Bang! (Daryl Dixon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora