SENTIMIENTOS 1/2.
━━━━━━━━━━━━━━━━
Daryl apretó el tabique de su nariz y negó al mismo tiempo que cerraba los ojos. Conner había visto ese gesto durante las últimas semanas desde que compartían casa junto a Carol y Madison en Alexandria.
Empezó acostumbrarse a los regaños de Carol como una madre que le despertaba todas las mañanas en una hora madrugadora, a las pequeñas discusiones de Madison y Daryl, porque la pequeña rubia había cambiado mucho desde el evento traumático, había crecido. Y, por supuesto, se acostumbró a compartir habitación con el rastreador, verlo caminar sin camiseta por la casa que compartían, salir por provisiones juntos, las clases de motocicleta, las cenas en la misma mesa y el desayuno hecho por Carol donde peleaban por la última galleta en el plato (al final ganaba Madison). Compartir casa con esas tres personas era agradable, incluso para sus identidades.
Daryl se dio la vuelta y lo atrapó observándolo. Conner tuvo que convencer a sus pulmones de que no dejaran de funcionar, de que siguieran absorbiendo oxígeno, y a su mirada de que no se perdiera en las arruguitas que se le formaban a Daryl en las comisuras de los ojos.
— ¿Ya te vas?
— ¿Vienes a despedirte? — hizo un gesto vago a su alrededor — ¿O necesitas algo?
— Algo así.
El rastreador alzó una ceja, cruzándose de brazos.
Aunque incluso lo había visto sin camiseta, sus ojos recorrieron los brazos desnudos en la camiseta de cuadros azules y negros sin manga, recubiertos por su distinguido chaleco.
— Quiero decirte algo importante— balbuceó, pestañeando rápidamente para apartar los ojos de los músculos en el cazador —, así que...
— ¿Qué es?
Sí, ¿qué era?
¿Vas a confesarte ya, Conner?
Se burló Adam en su cabeza. Conner se avergonzó, porque la idea no estaba errónea.
ESTÁS LEYENDO
Bang, Bang! (Daryl Dixon)
Fiksi PenggemarConner Rush tiene TID, y tiene que enfrentarse a lidiar con ello en medio de un Apocalipsis donde los muertos caminan. Su vida se llena de esperanza cuando se une a un grupo de desconocidos donde la persona que le dará razones para vivir se encuentr...