Conner Rush tiene TID, y tiene que enfrentarse a lidiar con ello en medio de un Apocalipsis donde los muertos caminan. Su vida se llena de esperanza cuando se une a un grupo de desconocidos donde la persona que le dará razones para vivir se encuentr...
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INTENTAR.
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— ¿Tu nariz está mejor?
Conner arrugó la nariz, la bandita sobre ella también lo hizo y le caló. Se llevó una mano al lugar, acomodándola con movimientos delicados mientras entre cerraba los ojos en dirección a Daryl.
— Creí que iba a morir de una hemorragia nasal — dramatizó.
El aire del clima era acogedor, parecía un buen día. Unas horas antes tuvo una reunión privada con Rick y Carol, hablando sobre las armas y la idea de tomar el mando en Alexandria por la fuerza.
Joel estaba de acuerdo, removiéndose en el interior de su cabeza para salir, exigiendo el control. La personalidad más fuerte quería mandar. No le agradaba Rick, pero estaba de acuerdo con su idea, eso asustaba a Conner.
— Culpa a Adam.
Pateó una piedra del pasto, deteniendo el andar para encarar al otro.
— Tsk, fueron tus manos quienes me golpearon.
Se arrepintió de sus palabras. Los ojos de Daryl se ensombrecieron, mirándolo con arrepentimiento. Por un segundo lo vio frágil, como un cachorro regañado que quería restregarse contra su hombro para pedir perdón.
— Lo siento...
— Está bien — respondió rápidamente. Daryl no le quitó los ojos de encima un solo minuto, torturándolo. Su corazón se sintió tibio, gustoso de recibir la atención. Un revoltijo se reprodujo en su abdomen bajo. Conner pasó saliva duramente. —, ya... no me mires con esos ojos de cachorro, mi corazón... — se detuvo, asustado por su lengua que hablaba sin pensar — ugh, es desagradable el sentimiento.
El otro exhaló el aire, empezando a caminar otra vez. Conner torció la boca, mordiéndose los labios resecos por la emoción que siguió atorada en el pecho y luego echó andar para alcanzarlo.
— ¿Estas de acuerdo con Rick? — preguntó cuando llegó a su lado chocando hombro con hombro en un roce indiscreto que no molestó a ninguno de los dos — Con tomar Alexandria a la fuerza.
