Conner Rush tiene TID, y tiene que enfrentarse a lidiar con ello en medio de un Apocalipsis donde los muertos caminan. Su vida se llena de esperanza cuando se une a un grupo de desconocidos donde la persona que le dará razones para vivir se encuentr...
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MATTHEW HARRISON.
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— ¿Qué es eso?
Conner señaló al animal sobre el hombro de Madison, que se acomodó perfectamente para mostrarse con pomposidad. Nunca había visto a una criatura de esas en persona, pero evidentemente podía decir que era un hurón. Un hurón color negro con marrón oscuro.
— La cena — le respondió Daryl, qué pasó por su lado y se detuvo para recibir el ceño fruncido y la cara de desagrado de Madison, que aferró al hurón a su cuerpo en un abrazo, retrocediendo un paso del rastreador.
— Es mi nueva mascota — explicó rodando los ojos —, Carl la rescató ayer, estaba atrapada y a punto de ser devorada.
— ¿Es hembra?
— Eso parece.
— ¿Ya tiene nombre? — se interesó Conner.
— Mmmh... — la adolescente se avergonzó. Frunció los labios y miró fijamente sus botas negras antes de responder — hurón.
Adam se rio dentro de su cabeza.
Que niña tan tonta.
Yo creo que es adorable
Opinó Lucca.
— Que original — murmuró Conner, por suerte, no fue escuchado.
— ¿Estarás bien? — preguntó Daryl, recargándose en la camioneta.
— He estado bastante bien sin ti.
Auch.
— Tsk...
Conner ya se había acostumbrado a la manera en que esos dos demostraban cariño por el otro, ninguno era expresivo y aunque sabía que Madison no compartía sangre con Daryl, era tan idéntica a él que si fingían ser padre e hija nadie lo cuestionaría.
— Puedes ir si quieres — opinó Conner, tratando de parar la reta de miradas que había empezado.
Joder, no superaría que Daryl se ponía a pelear con una niña y lo peor, era que iba perdiendo.