QUERIDA MADRE

LUZ NOCEDA

Todo el lugar se encontraba al rojo vivo, lo que antes era un puente que conectaba a dos aldeas se había convertido en una trampa mortal del malvado reptil Gildersnake, mi auto proclamado mayor adversario, yo logré notar la trampa justo antes que esta se activará, pero mi leal amiga no tuvo la misma suerte.
-Azura, por favor, ¡Suéltame o ambas caeremos!
-¡Hécate, basta! No me dejas pensar- No la podía soltar aún así ambas cayéramos hacia nuestra muerte, el lugar entero se estaba desmoronando, el calor iba en aumento y mi agarre perdía fuerza.
-¡No podré sostenerme por más tiempo!-
De pronto la roca a la que me aferraba logró desprenderse, sentí en cámara lenta cómo íbamos cayendo hacia nuestra muerte, cerré los ojos y acepté mi destino.
-¡Alto ahí!- escuché una voz que me pareció familiar, de pronto un campo de magia nos rodeó a mí y a mi amiga llevándonos lejos del peligro.
-¡Luzura! Oh, mi más devota y tenaz aprendiz, nos has salvado la vida.- Pero antes de que pudiéramos cantar victoria las serpientes secuaces de Gildesnake empezaron a rodearnos, parecía que la amenaza no había terminado, de pronto, yo, La buena bruja Azura usando el poder de la amistad con la ayuda de mi varita...

-ALTO, ALTO, ¡¡¡ALTOOOO!!!!
Noceda, ¿Otra vez trajiste serpientes vivas a la escuela?- preguntó la adulta mayor interrumpiendo mi exposición justo cuando estaba por llegar a la mejor parte.
-Maestra, le aseguro de que no tiene nada de qué preocuparse, las serpientes están muy bien resguardadas.
-¿Ah sí, entonces qué es eso?- dijo Abby, una compañera del salón apuntando hacia las rendijas donde indudablemente se veía una cola serpenteante.
-¡Rayos! Sabía que debía hacer los hoyos de ventilación más pequeños.
-¡NOCEDA, VETE A LA DIRECCIÓN AHORA MISMO! - me gritó con enfado la maestra
-Sí maestra- asentí resignada.
-Quiero que todos los demás permanezcan en sus asientos, llamaré a control animal.- fue lo último que alcancé a escuchar al cerrar la puerta del salón.

Al apenas entrar a su oficina, encontré al director debatiendo consigo mismo de cómo debía lidiar con los ahora alertados padres en cuanto éstos llegaran a la escuela.
El director al apenas notar mi presencia, me mandó a hablar con la psicóloga en lo que llega mi mamá para hablar con él, (ya hasta tiene su número en el marcado rápido).

-Entonces como tarea de fin de curso, la maestra nos pidió presentar un informe de algo que nos apasionara, así que pensé en mostrarles el poder de una buena historia de fantasía, que con la belleza de sus palabras te hiciera sentir en otra dimensión... Había trabajado tan duro en crear la historia, fue muy agotador colocar todas esas trampas para serpientes, además de lo difícil que fue conseguir quien me vendiera los explosivos.-
-¿Explosivos? ¿Por qué será que ya no me siento sorprendida? Luz, escucha niña, hasta antes de tu llegada, mis más grandes preocupaciones eran pagar la renta y atender a niños mimados y problemáticos, pero tú, ¡Wow! ¡Sí que sobrepasaste los límites!- dijo Claudia la psicóloga, una mujer mayor y poco paciente pero comprensiva, quien últimamente parece estar harta no sólo de mi... Bueno, en especial de mi, pero también de la escuela en general, a estas alturas yo creo que solo está esperando su jubilación para irse de aquí.

-Escucha niña, al principio tú y tu fanatismo loco por las brujas me parecían de lo más curioso y divertido, pero ahora cada que haces algo relacionado con… Tus gustos, yo tengo que lidiar con los niños a quienes traumas, como por ejemplo esa niña gordita que vino el otro día, dijo haber tenido pesadillas con tu paloma decapitada lanza arañas.-
-Sra. Claudia, era una representación de un Grifo.
-Lo que sea, escucha, debes entender que las brujas sólo existen en tus libros, ninguna de esas criaturas es real, pero sobre todo debes aprender a ¡DEJAR DE SER TAN IMPULSIVA! (habló con un tono más exaltada). Lo siento, continuemos. (dijo incorporándose de nuevo). Luz, entiende que la magia no es real, no existen tales cosas como las brujas, hadas, vampiros, o todas esas tonterías.
Sé que en el fondo no eres mala y que das lo mejor de ti en todo lo que te propones, solo que te dejas llevar y no te detienes a pensar en que te pones en riesgo a ti o a tus compañeros... He hablado con el director y creo que ambos tenemos una solución, en cuanto llegue tu madre, hablaremos con ella del tema.-
No puedo mentir, esa última parte me asustó.