OTABÍN

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Cómo sí de un gran incendio se tratara, la noticia sobre de mi enfrentamiento con la humana se esparció por todos lados, y no sólo eso, me funaron en Penstagram, el #Amitylatramposa o #Lamentirosablight se habían vuelto tendencia.

Los adjetivos furiosa, iracunda o cabreada se quedaban muy cortos para poder describir a mi madre luego de que esta se enterase de lo que había ocurrido, armó un enorme escándalo ante el emperador que ni siquiera él estaba preparado para atender, es más, ni yo, ni el emperador, ni Kikimora (su asistente) o siquiera mi propia madre sabíamos de dónde sacó tanto valor para hablarle así a la figura con mayor autoridad de toda la isla.

Finalmente el emperador tuvo un momento de misericordia y sólo degradó a Lilith, cosa que tanto mi madre como Kimimlra (que por alguna razón parece que ella la odia) de mala gana tuvieron que aceptar.
Luego de lo sucedido, tampoco quise hablar más con Lilith y no por el hecho de que mi madre me lo haya prohibido, sino que todavía me sentía profundamente traicionada por ella, y parte de mi aún se niega a aceptar que ella fue capaz de  usarme para ganar una estúpida apuesta con su hermana criminal… incluso a sabiendas de que ella haría trampa, sin siquiera detenerse a pensar que yo pude haber resultado herida de no ser porque milagrosamente su mascota cayó sobre la trampa justamente antes de que yo la pisara.

Por otra parte, aún quedaba pendiente el asunto de mi entrenamiento, y el emperador a modo de compensar un poco lo ocurrido, me asignó a Darius Deamonne, el actual líder del aquelarre de los abominables... lo cuál parece irónico ya que le desagrada el lodo.
Darius es un hombre alto, de piel morena y mediana edad, pero lo que más sobresale de él es su capacidad para transformar su cuerpo entero en abominable llegando a ser muy poderoso y difícil de vencer, ya que es capaz de regenerar su cuerpo. Incluso estando en un estado más neutral, su cabello y barba continuaban siendo de abominable... Según leí en la sección prohibida de la biblioteca, su caso es en extremo raro, pues para que algo así ocurra se deben a tres factores.
1.- Ser de sangre noble, y por ello me refiero a ser de descendencia pura.
2.- Tener grandes facultades para manejar la magia de abominación.
3.- Está es la más confusa de todas. Según tengo entendido, para poder cambiar así, debes de haber presenciado una experiencia horrible y traumática, algo que fuera capaz de desencadenar todo tu odio o fuertes sentimientos... Como la pérdida de una persona muy especial.

Pero bueno, sin desviarme del tema, Diarius está lejos de ser un buen instructor, parece estar más preocupado por el cuidado de su piel. Y cuando me "entrena" lo hace lo más rápido posible, ya que solo le interesa tener tiempo para él… Aunque debo de admitir que el único consejo práctico que realmente me ha dado, es que en un enfrentamiento debo de dejar de crear abominables y empezar a usar la baba para crear armas cuerpo a cuerpo con las cuales defenderme.

Cambiando el tema, en Hexside comenzaron a rumorear a mis espaldas y me empezaron a acusar de que sí realmente era tan inocente como decía, por qué no me extrañó que logrará invocar a un abominable de 7 metros... y que además de todo yo era una bravucona porque con él ataqué a una débil niña humana sin magia.

Sus comentarios lejos de afectarme o importarme, me resultaban estresantes.
En definitiva la escuela se había convertido en mi lugar menos favorito, pero no por eso dejaría de asistir, no pienso darles la satisfacción de hacerles creer que pueden doblegarme.
Mi único consuelo era el profesor Hubert, era el único que me defendía a capa y espalda, pues se juró nunca más volver a dudar de mí.

Por otro lado, cuando el estrés de la escuela me sobrepasaba, ya no podía buscar consuelo con mis hermanos como cuando era niña,  pues estos no dejaban de reproducir el video donde accidentalmente pisé la trampa y salí volando por los aires.

Papá tampoco era una opción para buscar apoyo emocional, desde hace días se encerró en su trabajo, pareciera que sus nuevos abomatronicos eran más importantes que nosotros, ya que había veces que ni  siquiera llegaba a casa para la cena.

QUERIDA MADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora