QUERIDA MADRE

...UNA BENDICION PRESENTE

En cuanto volvimos al salón, vi a la hermana de Eda suplicando de rodillas frente al emperador, el chirrido de la pesada puerta al abrirse los alertó de nuestra presencia, cuando la hermana de Eda giró para vernos llegar, en sus ojos se acuñaba una enorme tristeza.

-Por favor emperador, se lo ruego.
-No tengo tiempo para ti, Lilith.- dijo dándole la espalda fríamente ahora acercándose a mi. -¿Y bien? ¿Pudiste comprobar por ti misma que la dama búho se encuentra en perfecto estado?- Su deleznable comentario me enfureció.

-¡Vine a negociar!- dije acercándome a él como sí de verdad pudiera confrontarlo. -Le daré el portal una vez que haya liberado a Eda.
-¿Qué te hace creer que estás en posición de exigir?- se encorvó hasta mi altura para darme su respuesta. -En estos momentos se están llevando a cabo los preparativos para la petrificación de la dama búho.

-¿Petrificación?- pregunté temiendo conocer la respuesta. -Por favor, que alguien me diga que no es tan malo como suena.
-Es peor de lo que crees.- interrumpió la hermana de Eda, poniéndose de pie. -La petrificación prácticamente es una sentencia a convertirse en piedra, solo ha sido realizada a los peores criminales, y una vez que el hechizo está completo no puede ser revertido, en más de 20 años no se ha llevado a cabo uno... Y es por esa misma razón que le suplico que no lo haga, mi señor.- se arrodilló nuevamente ante él.
-Lilith, el único motivo por el que te permito estar frente a mi es por todos tus años de servicio, pero si sigues insistiendo con gusto puedes unirte con tu hermana.
-Esperen, Lilith, ¿Qui-ieres decir que Eda morirá?- esta vez no respondió a mi interrogante, pero no hizo falta, su mirada prácticamente anunciaba la respuesta.

-Me alegra de que al fin lo entiendas, Luz Noceda, Sí quieres salvar a tu mentora, entrégame el portal hacia el reino humano.- puntualizó regocijándose desde su privilegiado poderío.

POV LILITH

Esa niña es demasiado tonta para darse cuenta de que aun entregando la llave, el emperador jamás accedería a liberarla, ya que su libertad por sí sola implicaría estar rompiendo la ley, su ley.

-Emperador, es comprensible que esta niña humana se sienta inquieta y desconfiada, si me permítame hablar con ella, y tranquilizarla.- intervine temiendo que el emperador fuera a objetar, gracias al Titán no fue el caso. En cuanto me acerqué, ella naturalmente retrocedió aferrándose aún más al portal temiendo que se lo arrebatara. -Por favor, te pido que solo me escuches- mostré mis manos frente a ella en señal de que no buscaba causarle daño.

-¿Por qué habría de confiar en ti? ¡Tú fuiste quien hizo trampa en el auditorio!- amonestó haciéndome enojar.
-Sí, y te recuerdo que fuí yo quien más perdió a causa de esa estúpida riña infantil. ¿Ahora podemos concentrarnos en salvar a mi hermana?- con mi respuesta había conseguido que bajará la guardia, lo cual pude aprovechar para tomarla de los hombros y alejarla unos cuantos metros del emperador y de sus guardias, aunque realmente a estas alturas ni siquiera me importa que nos escuchen, podríamos estar planeando toda una complicada estrategia para rescatar a mi hermana y a ellos tampoco parecerá importarles.

-No lo entiendo, Lilith, si de verdad quieres salvar a Eda, ¿Por qué pasaste tantos años intentando capturarla?- me limité a respirar hondamente nuevamente agachando la mirada. No puedo creer lo que estoy a punto de decirle.

-De niñas...- comencé a relatar. -Todo el mundo elogiaba a mi hermana, no paraban de repetirle lo prodigiosa que era, inclusive en ocasiones creía que mis padres estaban más orgullosos de ella, Edalyn era menor, pero mostraba el doble de talento, aún por más que me esforzara simplemente no podía alcanzar su nivel, así que cuando vives tanto tiempo bajo la sombra de tu hermana, comienzas a sentir resentimiento, y cuando se nos presentó la oportunidad de unirnos al aquelarre del emperador... El problema era que solo quedaba una única vacante... así que cometí un terrible, terrible error.- declaré sintiéndome avergonzada.