Dos personas muy distintas, se conocen en la misma escuela.
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Un chico moreno con mechas rubias, le apasiona el fútbol, tiene "un monstruo" en su interior y le gusta la música.
Una chica morena, que detesta los deportes y siente una gran p...
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"Bachira Meguru, encantado"
Hoy empezaba mi último año de instituto en el instituto Namikaze, y consigo, debía elegir una nueva extraescolar para todo el curso.
Fascinante.
No tengo nada mejor que hacer, que ir a un lugar rodeada de gente que no conozco y encima, obligada a hacer algún deporte, porque mi instituto tiene algún tipo de obsesión con ello.
En fin.
Llego al instituto en mi bicicleta, con mis auriculares a un volumen tan alto, que no me doy cuenta de que el timbre estaba sonando, avisando que llegaba tarde.
—Señorita Rei, llega tarde — me dice la profesora de lengua. La peor asignatura jamás creada.
—Sí, perdóneme —me siento en mi lugar y me escondo entre mis brazos.
Cuando la hora acabó, tuve que ir al laboratorio a hacer la clase que más me gusta, Ciencias.
—¡Hola, señorita Kushimoto! —le digo a la profesora, que estaba colocando sus cosas sobre la mesa.
—¡Oh, Rei! —me sonríe y lleva su mano a mi cabeza, acariciando suavemente —Me gusta que llegues tan contenta a la clase.
—A mí me gusta su clase, profesora —sonrío más ampliamente — Me gusta repasar las lecciones y practicar en mi casa.
—Me alegra escuchar eso —se sienta en su silla y me mira a los ojos, con sus manos juntas— Pero, Rei, ¿Has mirado alguna extraescolar? ¿O tienes alguna pensada?
—No, señorita, es que no me gusta —le digo un poco incómoda.
—Debes apuntarte alguna. Siempre estás callada en la clase y alomejor, te va bien para hacer amigos, ¿No? —me ofrece un papel con las extraescolares disponibles y un formulario para mis padres.
—Está bien, lo haré —le digo y voy a mi asiento. No quería ser maleducada con ella, ha sido muy amable conmigo todos estos años. Tengo que hacerlo, pero no pensaba hacerlo hasta la semana que viene o así.
Miro la hoja por encima y sinceramente, nada y me llamaba la atención. ¿Por qué debía de hacer un deporte? ¿No puedo simplemente no hacerlo? Menudo asco.
Cuando la hora acaba, me despido de la profesora y voy al patio. Me siento en una banca, cerca del campo de fútbol y abro mi tupper para comer, hoy tenía uvas.
Como unas cuantas tranquilamente, pero una pelota se estrella contra mi mejilla, y me tira las uvas al suelo.
—¡Id con más cuidado! —les grito aunque no me escuchan — Menuda panda de idiotas —susurro mientras recojo mis uvas del suelo.
—Perdona —me giro al escuchar a alguien y veo a un chico alto y un poco musculoso, con el cabello marrón y unas mechas rubias saliendo de su nuca. Estaba sudado y se rascaba la nuca avergonzado— Estaba practicando y se me ha ido la pelota.
—Que sepas que aún me arde la mejilla y me he quedado sin almuerzo por tu pelotita —le digo mirándolo sentada.
Él suspira y se va corriendo a no sé dónde.
—Increíble, ni un lo siento —digo mirando por donde se fue. Me dejo caer al respaldo de la banca mirando al cielo.
Suspiro y veo el aire de mi boca, desvanecerse al poco tiempo como mis ganas de hacer deporte. Hacía muchísimo frío.
Ahora que lo pienso, ese chico iba con pantalón corto y manga de tirantes, ¿Cómo?
—¿Me dejas sentarme? —me asusto al escucharlo de nuevo y levanto la vista para verle.
—Sí...- me aparto un poco y se pone a mi lado. Traía un bocata y lo parte por la mitad para los dos.
—Toma -me ofrece la mitad, me mira expectante con los labios entreabiertos, suspirando de cansancio.
—Gracias —lo tomo— ¿Te dejan estar aquí?
—No, pero como soy muy bueno, el entrenador me deja —me dice, me lo miro unos segundos y él a mí, pero no digo nada y muerdo el bocata—¿Está bueno?
—¡Sí! —le digo con un brillo en los ojos.
—Los hago yo cada mañana —me dice sonriendo y mirando al frente.
—Soy Asuna Rei, ¿Tú?
—Bachira Meguru, encantado.
—¿Juegas al fútbol? —le pregunto mirando sus ropajes. Él asiente.
—Soy delantero, la semana que viene tenemos un partido el sábado contra otro instituto.
—Ah —respondo desinteresada.
—¿No te gusta el fútbol?
—No, y ahora que lo pienso... ¿Por qué estás ya en una extraescolar, si acaba de empezar el curso? —le pregunto.
—Es que como he estado en el club desde que llegué, pues ya he estado siempre, no hace falta que rellene ningún papel —me dice riéndose levemente.
El timbre suena indicando que el patio ha acabado y me despido de Bachira para ir a mi clase de Economía.
Las clases acaban y consigo la tarde. Lo último restante por hacer es rellenar el papel sobre las extraescolares.
1. Basquetbol 2. Fútbol 3. Voleibol 4. Tenis 5. Hockey 6. Pádel
Tal vez, no era tan mala opción poner fútbol. Espero que no sea tan malo.
