"No lo sé, pero si fueras otro chico, probablemente no lo haría"
A la mañana siguiente, la rutina se repetía, en el mismo lugar, a la misma hora. Al llegar el recreo fui al banco en el que estaba ya Karla.
—Hola —saludo sonriéndole y me siento a su lado.
—Hola Asuna, ¿Qué tal todo?
—Bien, ¿Tú?—asiente sonriendo—Ayer me quedé con curiosidad, ¿Cómo era tu vida en Estados Unidos?
Ella se ríe levemente y aparta su batido de chocolate para hablar.
—No era tan mala, era bastante buena. Tenía varios ligues de chicos por ahí, pero nada serio. ¡Ah, sí! Había una vez que una chica intentó coger mi batido de chocolate que tenía en la mano y lo apreté a posta, y todo el líquido salió disparado a su cara.
—¿En serio?
—Sí, todo el comedor se rio de ella—dice y también se ríe, luego da un sorbo a su batido de chocolate.
—¿Cómo es que te gustan tanto?—miro el batido entre sus manos—Los batidos de chocolate, digo.
—Bueno, cuando era pequeña mi madre siempre los tomaba incluso cuando estaba embarazada de mí, siempre los he tomado incluso después de su muerte.
—Vaya, lo siento mucho Karla—toco su hombro y acaricio suavemente la zona.
—No te preocupes, fue hace muchísimo tiempo y ya está superado—dice sonriendo.
—Me alegro—sonrío de vuelta.
Me despedí de ella cuando las clases acabaron, y me fui a mi casa para repasar y prepararme para ir a fútbol.
Entro a mi cuarto, tenía una televisión con la cama frente a ella, un escritorio con la silla en el lado opuesto y en la pared unas photocards y pósteres de kpop. Un armario grande con ropa, un zapatero y una estantería con libros y plantas de adorno. No era muy grande, pero era suficiente.
—Veamos...—voy a mi escritorio y saco los apuntes de ciencia y hago un repaso a todo lo dado hoy. Como siempre, cuando acabó me gusta aprender más sobre medicina y primeros auxilios, veo vídeos en YouTube y práctico con las cosas que la señorita Kushimoto me da.
La alarma en mi reloj suena, indicando que ya era hora de prepararse para las clases de futbol.
Suspiro resignada y cansada mentalmente. De igual manera, me cambio de ropa a una más deportiva y en una mochila meto lo necesario.
—¡Buenas tardes, chicos!—cuando el entrenador lo dijo, continué sin devolverle el saludo—Hoy haremos juegos para practicar los pases y chutes de cada miembro nuevo.
Me puse nerviosa cuando el grupo de chicos de Bachira, nos miró a todos.
—Será por parejas, pueden elegir ustedes—dice señalando hacia nosotros—Los que queden, se vendrán conmigo a hacer partido.
—¡Sí, entrenador!
—Por cierto, no sé si lo sabéis, pero el partido de este sábado lo jugaréis con todos—dice mirándonos a todos serio y señalando a los cuatro.
—Pero entrenador, no somos tan buenos—dice uno a mi lado.
—Por eso estamos aquí. Elijan.
Parece que me lee la mente, porque miro a Bachira y él me mira a mí también. Nos señaló a los dos y él asiente, entonces él camina hacia mí.
—Hola -susurra cuando llega a mi posición.
—Hola.
Una vez las parejas ya formadas, el resto de chicos se fueron a hacer partido a la otra mitad del campo.
Bachira y yo fuimos a un lado del campo y empezamos a pasarla entre nosotros y controlarla a través de unos conos.
—¿Y bien? ¿Qué tal el día? Ya no te veo tanto en los recreos —le digo levantando mi vista para verle y volviendo al balón entre mis pies.
—Lo sé, últimamente he estado ocupado entrenando mucho—dice y se me viene el recuerdo de la tarde de ayer—Pero a partir de la semana que viene, no te librarás de mí—se ríe y yo también.
—Toma, anda—le paso el balón y ahora hace él los ejercicios.
—¿No era que no te gustaban los deportes?—pregunta sarcástico.
—Y no me gustan.
—Entonces, ¿Por qué haces los ejercicios?—me pasa de nuevo la pelota mirándome a los ojos con el ceño levemente fruncido.
—No lo sé, pero si fueras otro chico, probablemente no lo haría —"probablemente no me hubiera apuntado a esta extraescolar".
Después de varios minutos de silencio incómodo, Bachira habla por fin poniéndole fin a mis nervios.
—¿Quieres que nos veamos mañana?—pregunta—Después de la escuela.
—¿Mañana?—asiente—Está bien, ¿A qué hora y dónde?
—A las 17:30 en la puerta del colegio.
—Vale—sonrío y él también. Se ve emocionado, me quita la pelota y hace ejercicios más complejos él solo.
—¿Qué tal lo hago?
—¡Bastante bien!
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El monstruo en mi interior ~•~ Bachira (CANCELADA)
FanfictionDos personas muy distintas, se conocen en la misma escuela. ~•~•~•~•~ Un chico moreno con mechas rubias, le apasiona el fútbol, tiene "un monstruo" en su interior y le gusta la música. Una chica morena, que detesta los deportes y siente una gran p...