El monstruo en mi interior ~•~ Bachira (CANCELADA)

9• "Sobre azul'

"Sobre azul'

A los días siguientes, estuve la mañana y un poco de la tarde haciendo deberes y estudiando, mientras mis padres estaban fuera comprando. Tuve algo de tiempo para pensar en mí misma.

¿El fútbol me gusta? ¿Tanto para opacar la medicina? No, creo que no. No niego que me guste practicarlo y jugar, pero no me siento completa y ajusto como lo hago cuando aprendo medicina, la aplicó en las clases y como me llena de satisfacción cada vez que la practico.

Si tuviera que elegir una de las dos por el resto de mi vida.

—Medicina —digo sin pensar y me tapo la boca al instante. Eso era más que una suficiente respuesta, ahora ya sabía que el fútbol podía ser una especie de hobby.

Otro tema, Bachira y Karla. ¿Están juntos? Si es así, no tiene por qué importarme, o sea, cada uno hace lo que quiere con su vida y no tengo por qué recriminarle nada. Él puede hacer lo que quiera, pero creo que le preguntaré a alguno de los dos, de alguna forma.

—¡Estamos de vuelta! —dice mi madre, dejando las bolsas con la ayuda de mi padre en la entrada. Veo a mi padre correr hacia mí emocionado con un sobre azul en las manos.

—¿Papá? — le miro extrañada y se sienta a mi lado, poco después, viene mi madre.

—Acaba de llegar esta carta al correo y es para ti —me la da y la miro por fuera.

—¿Blue Lock? —miro abajo del título— Proyecto de Fútbol.

Abro extrañada y leo lo que pone:

Querida/o Asuna,

El equipo de Blue Lock, está interesado en usted. Hemos visto sus cualidades para el fútbol, pero no tan excelentes, como lo son las medicinales.

El proyecto Blue Lock, consiste en crear al mejor delantero de Japón, entre todos los delanteros japoneses.

Por eso, necesitaremos un equipo médico en caso de alguna lesión o algo más grave.

Nos gustaría que usted fuera parte de este equipo, de esta manera, podrá mejorarlas, igual que su fútbol y será remunerado.

Si acepta las condiciones y está interesada/o, por favor, el día 19 vaya a esta dirección: xxxxxx xxxxxx

Esperamos su asistencia,

Blue Lock.

—¿Y bien? —dice mi padre, mirándome y luego a la carta y de nuevo a mí.

—¿Por qué te ves más emocionado que yo? —le digo sonriendo nerviosa.

—Es que es una gran oportunidad para mejorar, aprender más de fútbol y encima remunerado.

—Ve a ver qué tal, siempre puedes decirles que no —habla mi madre ahora.

—Lo pensaré —les digo.

—Vale, pero recuerda que el 19 es en 5 días —dice mi padre.

—Lo sé, papá —suspiro sonriéndole y les veo irse a colocar la compra.

Miro el sobre con atención y la carta. Si es de fútbol de todo Japón, seguramente Bachira también lo habrá recibido.

Agarro mi móvil y voy al chat de Bachira, pero él me envía el mensaje para vernos ahora, en el campo de fútbol tras las gradas. Acepto al instante.

—¡Papá, mamá, me voy! ¡He quedado! —les digo poniéndome el abrigo rápido.

—¡Con cuidado!

Salgo pitando hacia el campo, llevo el sobre en los bolsillos de la chaqueta para mostrárselo a Bachira. Al llegar, le veo ahí apoyado en una barra, de espaldas a mí.

—Hola —le digo sonriendo y él gira su cabeza al escucharme.

—Ah, hola —dice un poco asustado, pero alegre, igual— ¿También tienes el sobre? —dice señalando con la cabeza mi bolsillo, que sobresalía un poco.

—Si —se lo doy y él lo abre comparándolo con el suyo.

—Lo mismo, pero ofreciéndome ir al equipo de fútbol y diciéndome que mis cualidades para el fútbol son las mejores —sonríe orgulloso ante eso último.

—¡Oye! —le digo y le golpeo el hombro con algo de fuerza.

—Perdona, y... ¿Vas a ir? —pregunta.

—¿Tú irás?

—¿Vas a responder con preguntas?

—¿Y tú? —nos quedamos mirando sonriendo mutuamente, pero al final cedo yo—No sé, me da algo de miedo, la verdad. Mis padres dicen que vaya y si estoy interesada que acepte o no.

—También haré lo mismo. Mola, así si me hago daño tú me curarás —reímos— Y si me hago daño en el abdomen...—le veo sonreír travieso y levantarse un poco la camiseta.

—¡Bachira! —es suficiente para pararlo y que no siga.

—Perdona —ambos reímos y nos quedamos en silencio mirándonos y al rededor —Oye... creo que debo decirte algo.

¿Será...?

—Quiero que sepas que Karla es mi hermanastra —me quedó sorprendida, me esperaba de todo menos eso— Sé que no estoy obligado ni nada, pero sentía que debía hacerlo y que no estarías tranquila.

—No, no te preocupes —le digo nerviosa, pero me calmo y le digo—No tenías por qué.

—Vale, pero quiero aclarar, Karla es mi hermanastra, tenemos misma madre, pero diferente padre —dice y levanta un pulgar guiñando el ojo.