AURA
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Luca gira sobre su eje y silba por lo bajo. Lleva un cómodo conjunto deportivo, con las mangas arremangadas y una bolsa pequeña cruzada sobre el pecho.
—Este sitio es perfecto —dice cuando vuelve la vista hacia mí—. Sabía que podíamos confiar en tu buen gusto.
Respondo con una sonrisa. Dos de sus acompañantes también halagan la casa que se ha rentado para ellos.
—Serán como vacaciones —opina Theo el más chico. Tiene apenas veinte años y es el asistente personal de Luca. Tiene el cabello ondulado, corto, y se ha teñido las puntas de rojo; me recuerda al estilo que usaba Nicolás. Su rostro luce más maduro, tal vez por las extenuantes horas de trabajo—. Deberíamos llenar la piscina.
Luca menea la cabeza.
—No, porque no querremos salir de ahí.
César, el otro chico que ha aprobado la elección de la casa tiene casi cuarenta años, no especificó y tampoco quise preguntar más. Es un nerd —Él mismo se ha llamado así— y viste con una playera de los «Space Invaders». Es de cabello largo, castaño claro y lo lleva sujeto en una cola muy justa. Es de los que hacen bromas sobre su propio cuerpo, como que usa su estómago abultado como soporte para la laptop. No me han parecido chistes sinceros, sino como si se protegiera.
—Creo que está un poco apartada —suspira la mujer y me dedica una mirada desdeñosa.
—Mejor —dice Luca.
—¿Y si queremos ir a comprar algo? —insiste ella—. ¿Aura también será nuestro chofer?
—Rentaremos un auto —insiste el guionista—. ¿Podrías ayudarme con eso, Aura?
—Claro.
La chica suelta una risita irónica y abandona la sala. No tengo idea de a dónde va, por mi podría irse al averno.
—Disculpa. Ella es así —justifica Luca—. Es muy meticulosa, es lo que la vuelve tan buen elemento en el trabajo
«En el trabajo». Ese es el problema para Tatiana, quiere que Luca la considere un buen elemento en otro sitio, por ejemplo, la cama. He notado que me mira con odio, como a todas las mujeres que hablan con Luca, desde que nos encontramos en el aeropuerto. Estoy segura de que Tatiana odió a la chica de la cafetería que bromeó con Luca, no me queda duda. Y tiene la tonta manía de tocarlo con cualquier excusa, me recuerda a Eric y a mí, sólo que era mutuo; Luca pasa completamente de ella.
Tatiana es una chica de treinta y pocos. Es de piel muy blanca, con pecas y cabello naranja. Es bonita y viste de forma profesional como Mailén. Es probable que Luca le diera falsas esperanzas.
—¿Iremos al supermercado? —pregunta César.
—Primero por el automóvil, ¿puedes, Aura?
—Sí, vamos.
Aguardo en la puerta mientras recogen sus cosas, pero noto que sólo Luca se acerca a mí.
»¿Y los demás?
—Se quedarán a desempacar —responde con una sonrisa amplia.
No me agrada la idea de salir sola con él, aunque es poco probable que seamos reconocidos. Luca es popular entre un grupo selecto, yo ni eso, entonces podría ser seguro.
—Bien.
No sé si mi cara transmite ese «bien» cuando temo hacer algo que haga sentir mal a Eric.
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La melodía de Auric
RomanceLa vida de Aura ha sido cualquier cosa menos sencilla. Ha superado todos los obstáculos y se ha convertido en una escritora popular. Sus obras no sólo son leídas en varios idiomas, sino que ha recibido la propuesta para una serie de televisión en la...