AURA
🖤
Es reconfortante saber que cuento con el apoyo de Eric, aunque no sacaré provecho del interés de Luca. No soy así, nunca he podido hacer algo remotamente parecido; es probable que sólo quede en ridículo si lo intento.
Trabajar con profesionales es muy diferente a como imaginé que sería. Me pregunto si con Eric y los demás es igual. Yo llegué muy formal y tenemos una hora riendo sobre posibles diálogos que los personajes nunca dirían.
Es difícil para mí. Por instantes siento que no podré explicar la motivación de un personaje, la pena me carcome. Es muy raro hablar sobre mis novelas, ¡si hasta en entrevistas me cohibo!
¿Cómo puede hacer esto Eric?
Pensar en él me recuerda lo adormilado que se escuchaba a pleno mediodía luego de una entrevista.
—Estoy sobreviviendo con café —me dijo tras un bostezo que podría haberse tragado el celular.
Me repitió su apoyo incondicional, aunque sintió alivio cuando le dije que no haría nada de eso. Prestó atención a lo que dijo el pediatra sobre los mellizos, están perfectos; el pequeño Henrik es un niño saludable y sin complicaciones por su padecimiento de nacimiento. Intercambiamos unas palabras más y se despidió cuando iba camino al aeropuerto; tienen otro concierto en unas horas. Es una gira corta, pero intensa.
—Entonces, ¿consideras que la primera escena está bien así? —me pregunta Luca.
Nos encontramos alrededor de una mesa blanca con hojas por todos lados y un pizarrón lleno de garabatos donde Luca anota algunas cosas.
—Sí, me agrada.
—Bien, pasemos a la escena en el bar.
César levanta la mano. Luca le concede la palabra.
—¿Podemos tomar un receso? Quiero ir a comprar helado.
—César y el helado podrían casarse y tener hijos —ríe Tatiana.
César le arroja una bolita de papel a la chica.
Tatiana es muy buena. Me atrevo a decir que es quien mejor ha comprendido mis personajes.
—Está bien, un receso —anuncia Luca y cierra el plumón que estaba usando—. Quiero helado de vainilla.
César anota nuestras peticiones, toma las llaves del automóvil rentado y se marcha en compañía de Tatiana. Theo utiliza el tiempo libre para ordenar los papeles de la mesa. Luca sale al jardín a fumar y yo podría aprovechar para ver cómo se encuentra Eric, pero es el momento que estaba esperando.
Saco el libro de mamá de mi bolso. Intento esconderlo de los ojos curiosos de Theo, pero fracaso.
—Tu mamá es buena, ¿ya no ha publicado?
—No, se está tomando un tiempo como abuela —miento. Ya lo considero una mentira, debe existir un motivo más que ese—. Espero un día ser tan buena escritora como ella.
—Lo lograrás —sonríe.
Y no me ofende que considere que todavía tengo que esforzarme para llegar a la calidad literaria de Rosario. Para empezar, mis novelas son comerciales y lo reconozco; ella está en un escalón más arriba al que espero llegar en algún momento.
Encuentro a Luca recargado en uno de los pilares cerca de la puerta trasera. Viste muy profesional con un pantalón azul oscuro y una camisa blanca. Está concentrado en una conversación en su celular mientras fuma.
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La melodía de Auric
RomanceLa vida de Aura ha sido cualquier cosa menos sencilla. Ha superado todos los obstáculos y se ha convertido en una escritora popular. Sus obras no sólo son leídas en varios idiomas, sino que ha recibido la propuesta para una serie de televisión en la...