La melodía de Auric

Capítulo 20

AURA

★

Esto no puede estar sucediendo.

No, imposible.

Tiene que ser una broma, una terrible.

—¿Estás bien? —pregunta mamá mientras sirve el cereal de los mellizos—. Quedaste muy pálida.

Asiento.

Niego.

—No, mira.

Entrego el celular a mamá, en un segundo comprende mi expresión.

Han divulgado fotografías de Luca y yo comiendo helado, pero con un encabezado sensacionalista insinuando que es el tercero en mi matrimonio.

La cabeza me da vueltas. Me sostengo del respaldo de la silla y permito que mamá me ayude a tomar asiento.

—Mami, ¿estás bien? —pregunta Rachelle—. ¿Papá está bien?

Rik suelta un respingo y dice:

—¿Papi?

Sus vocecitas me hacen reaccionar. No puedo actuar así, como me siento, como si mi mundo colapsara arriba de mí y no tuviera fuerzas para retenerlo.

Esbozo una sonrisa y revuelvo el cereal en sus platos.

—Todo está bien, papá está bien, sólo olvidé hacer unas cosas importantes, nada de qué preocuparse.

Los mellizos intercambian una mirada. Son chicos listos, quizá no me creen, pero fingen que sí mientras empiezan a comer.

Intento mantener la calma y escribo a Eric. Mis mensajes llegan, mas no responde, así que debe estar muy enojado. Tienen internet en el jet, no responde porque no quiere.

Escribo a Milo al mismo tiempo en que él me escribe. Viene para la casa en modo urgente, en menos de quince minutos está tocando el timbre. Mamá abre y Milo se distrae un rato bromeando con los mellizos, todo para parecer que estamos tranquilos. Luego nos disculpamos un momento y salimos al jardín donde, por fin, permito que la angustia me embargue mientras camino en círculos con las manos sobre el rostro.

—No puede ser —repito una y otra vez—. Eso no fue así, lo sabes, ¡estabas ahí!

Milo menea la cabeza mientras revisa su celular.

—Hicieron las fotos cuando fui al baño.

—Y Eric no responde —Descubro mi rostro—. Debe estar furioso...

Milo inhala hondo.

—Sólo estás comiendo helado, Aura, tampoco es que los fotografiaran saliendo de un motel.

Niego con vehemencia.

—No entiendes, Eric... Nosotros, sí, para nosotros esas situaciones cotidianas son importantes, no necesitamos un viaje a París o Japón, sólo salir a comer helado y conversar...

—Y aun así, Aura, Eric está acostumbrado a este medio... Sabe que la prensa inventa cosas, lo ha hecho con él y otras famosas, ¿verdad?

—Sí, pero...

Milo me toma por los hombros y sonríe.

—Tal vez se durmió y por eso no responde, tranquila.

—No quiero que se estrese más, no después de desmayarse, yo...

Milo estruja un poquito mis hombros.

—La carrera de Eric es estresante por sí sola, no te culpes de cosas que no te corresponden, ¿sí? —pide, asiento, mas no es sincero—. Hablaré con Henrik, ¿está bien?